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La inmunogenicidad es uno de los factores que interviene en la eficacia y supervivencia de las terapias biológicas

VADEMECUM - 10/07/2014  TERAPIAS

Existen diferencias en cuanto al mayor o menor grado de inmunogenicidad detectado entre las diferentes terapias biológicas para el tratamiento de enfermedades inflamatorias

Las terapias biológicas existentes han supuesto un avance significativo en el tratamiento de las enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide (AR), la espondilitis anquilosante (EA), la artritis psoriásica (APs) y la psoriasis (Ps). Sin embargo, la inmunogenicidad, una respuesta del sistema inmune que consiste en la producción de anticuerpos frente al tratamiento biológico, es una de las causas conocidas de fracaso terapéutico de las terapias biológicas.

Integrar la evaluación de la inmunogenicidad en las estrategias de gestión de los pacientes tratados con terapias biológicas y tener en cuenta otras opciones, adaptando el tratamiento de la enfermedad a las necesidades de cada paciente en particular, podrían permitir un seguimiento más personalizado y más coste-efectivo de la terapia, de lo que dependerá el éxito terapéutico.

Con el objetivo de reflexionar y compartir estudios y experiencias sobre la relevancia de la inmunogenicidad para la toma de decisiones terapéuticas en la práctica clínica, así como su implicación en el tratamiento con terapias biológicas, Pfizer ha colaborado en el taller “Inmunogenicidad: de la teoría a la práctica clínica”, que ha tenido lugar en Alicante y que ha reunido a más de 50 profesionales en el campo de las enfermedades inflamatorias.

El doctor José C. Rosas, Jefe Sección Reumatología del Hospital Marina Baixa de Villajoyosa, ha reflexionado sobre la importancia de medir y monitorizar el nivel de medicamento y el de anticuerpos. Esta información puede ayudar a los especialistas a definir los protocolos de optimización y las estrategias terapéuticas para elegir la terapia más coste-efectiva.

“En la práctica clínica, la monitorización del nivel de anticuerpos y de medicamento nos permite conocer mejor la respuesta de cada paciente a la terapia biológica y es una pieza más para la individualización del tratamiento, con el que nos acercamos a la medicina personalizada”, ha asegurado el doctor Rosas.

Los anticuerpos que se generan pueden ser neutralizantes (neutralizan la acción del medicamento) o no neutralizantes. Los neutralizantes pueden conllevar una serie de consecuencias muy importantes: pérdida de eficacia y seguridad, reacciones adversas y menor supervivencia al tratamiento.

Si en la monitorización se identifican anticuerpos neutralizantes en un paciente en el que el tratamiento no está funcionando, podremos valorar la opción de cambiar a otra terapia biológica. En cambio, si no se identifican anticuerpos, podríamos cambiar de diana terapéutica. De ahí la importancia de monitorizar los niveles de medicamento y anticuerpos, que nos da información que podemos utilizar para tomar decisiones en la práctica clínica”, ha explicado el doctor Rosas.

Se ha demostrado que existen diferencias en cuanto al mayor o menor grado de inmunogenicidad detectado entre las diferentes terapias biológicas disponibles. Las variaciones que presentan estos tratamientos en cuanto a su estructura, propiedades farmacocinéticas y mecanismos de acción, podrían explicar las diferencias en la respuesta a estos inhibidores que, en ocasiones, observan los especialistas en la práctica clínica diaria.

Las terapias biológicas que son más inmunogénicas producen más anticuerpos neutralizantes, necesitando aumentar la dosis de fármaco para evitar la pérdida de eficacia. El correcto estudio de los niveles de anticuerpos antifármaco y de fármaco puede conllevar un potencial ahorro de costes, tema que resulta fundamental en los tratamientos biológicos. Es por ello que, según los expertos, a la hora de elegir el tratamiento más adecuado para cada paciente, hay que estudiar y tener en cuenta la respuesta inmunitaria de cada uno.

Por su parte, la doctora Paloma Vela, adjunta a la Sección de Reumatología del Hospital General Universitario de Alicante, ha comentado que “la inmunogenicidad es uno de los factores que pueden intervenir en la supervivencia de un tratamiento. Se trata de un aspecto muy importante para los pacientes porque si el medicamento no es efectivo, el paciente no mejora”.

Sobre la importancia de monitorizar el nivel de fármaco y de anticuerpos, entre otros datos, para valorar la supervivencia de un tratamiento, la doctora Vela ha comentado que “lo ideal sería poder definir a priori qué perfil de paciente podría funcionar mejor con un medicamento o con otro. Determinar el nivel de fármaco nos ayudará en la toma de decisiones clínicas”.

 

Fuente: Cohn & Wolfe

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