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Trastornos del sueño y riesgo de demencia: nuevas conexiones

VADEMECUM - 09/01/2025  PATOLOGÍAS

Los trastornos del sueño pueden influir a largo plazo en el riesgo de demencia, según muestra un estudio holandés de larga duración. Son especialmente críticos los tiempos de sueño cortos y los despertares tempranos, cuyos efectos sólo se manifiestan después de 15 años.

La sociedad que envejece se enfrenta a un riesgo cada vez mayor de sufrir enfermedades neurodegenerativas como la demencia de Alzheimer. Además de los factores genéticos y vasculares, el estilo de vida y los factores ambientales, como la calidad del sueño, están adquiriendo cada vez más importancia. Estudios anteriores han producido resultados contradictorios sobre la relación entre los trastornos del sueño y la demencia. Un aspecto clave podría ser la duración de la observación.

Nuevos hallazgos de un estudio holandés a largo plazo

El Estudio Longitudinal de Envejecimiento de Ámsterdam examinó a 2.218 personas durante un período de hasta 23,8 años. Los problemas del sueño, como el sueño de corta duración (≤6 horas), el sueño de larga duración (≥9 horas), los despertares tempranos y el sueño interrumpido, se registraron mediante cuestionarios estandarizados. El diagnóstico de demencia se realizó mediante un sistema basado en algoritmos que tuvo en cuenta pruebas cognitivas y otros datos relevantes.

Efectos a largo plazo de los trastornos del sueño sobre el riesgo de demencia

Los resultados muestran que los trastornos del sueño influyen significativamente en el riesgo de demencia a medida que aumenta el tiempo de observación:

  • Duración corta del sueño (≤6 horas): se observó un mayor riesgo particularmente con una latencia de ≥15 años (odds ratio [OR] de hasta 3,44 a los 19 años).
  • Sueño interrumpido: el odds ratio alcanzó 7,16 después de 23 años, lo que indica una fuerte asociación.
  • Despertar temprano: con un retraso de 16 años, el riesgo se triplicó con creces (OR = 3,45).
  • Duración del sueño prolongada (≥9 horas): en este caso solo se midió que el riesgo aumentaba con períodos de observación cortos (aprox. 3 años), lo que indica posibles efectos de retroalimentación de la fase prodrómica de la demencia.

Posibles explicaciones de los resultados.

El estudio holandés a largo plazo muestra que con tiempos de observación cortos puede producirse el llamado efecto de “causalidad inversa”. Esto significa que los cambios neurodegenerativos pueden influir en la calidad del sueño incluso antes de la aparición clínica de la demencia. Los períodos de observación más largos, como los utilizados en este estudio, reducen esta influencia y permiten una evaluación más precisa de las relaciones causales entre los trastornos del sueño y la demencia.

Importancia preventiva de los trastornos del sueño.

Los resultados dejan claro que la detección y el tratamiento precoces de los trastornos del sueño podrían ser esenciales para la prevención de la demencia. En particular, deberían examinarse específicamente los patrones de sueño, como la duración corta del sueño y el despertar temprano, cuyos efectos sólo se hacen visibles después de 15 años. 

Fuente: Alders et al. (2025): El efecto de las alteraciones del sueño sobre la incidencia de la demencia en distintos tiempos de retraso. Revista de prevención de la enfermedad de Alzheimer, DOI: 10.1016/j.tjpad.2024.100024

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Indicaciones:
Alzheimer, enfermedad de
Demencia senil
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