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Médicos internistas recalcan la importancia de fomentar una adecuada comunicación desde el punto de vista ético y clínico en la relación médico-paciente

VADEMECUM - 19/06/2023  ASOCIACIONES MÉDICAS

Se ha analizado la importancia de "establecer una cultura de la atención centrada en los valores y preferencias del paciente" que facilite la búsqueda de objetivos compartidos entre éstos y los profesionales sanitarios.

Médicos internistas de todo el país se han congregado este pasado sábado, 17 de junio, en la VIII Jornada del Grupo de Trabajo de Bioética y Profesionalismo de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), que tuvo lugar bajo el lema “Ética de la comunicación en la relación médico-paciente” y que se organizó en la sede de la Fundación José Ortega y Gasset-Gregorio Marañón de Madrid.



A lo largo del evento, que ha contado en la presente edición con la participación de la Fundación Humanizando la Sanidad, la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL), el Medical Anthropology Research Center (MARC), el Institut Borja de Bioètica de la Universitat Ramón Llul, la Fundación José Ortega y Gasset-Gregorio Marañón (FOM), el Instituto de Ética Clínica Francisco Vallés y la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), se ha disertado sobre cómo debe ser y hacia dónde debe encaminarse la relación médico-paciente desde la mirada de la bioética.

En este sentido, se ha reflexionado sobre “cómo acompañar al paciente para construir una comunidad mejor en el ámbito sanitario”, se ha incidido en la necesidad de impulsar y fomentar una “buena comunicación con el paciente”, con el foco puesto en el valor de la comunicación en la Medicina basada en la evidencia, y se ha disertado sobre cómo debe ser esa comunicación y sobre el rol que deben desempeñar las instituciones sanitarias en el campo de la humanización. “Humanizar es personalizar”, destacó uno de los ponentes. Una de las ideas presentes en la jornada ha sido la de la importancia de que los futuros médicos se formen en habilidades y destrezas de comunicación y, a este respecto, desde el Grupo de Bioética y Profesionalismo de SEMI se remarca la importancia de que ésta sea una competencia fundamental en el currículo del Grado de Medicina. El propio grupo organizó en la jornada un taller de comunicación con “muy buena acogida”.

La jornada ha sido inaugurada por el coordinador del Grupo de Trabajo de Bioética y Profesionalismo de la SEMI, el Dr. Antonio Blanco Portillo, y por la vicepresidenta primera de la SEMI, la Dra. Montserrat Chimeno Viñas. En palabras del Dr. Blanco Portillo, jornadas como la organizada este año desde el Grupo de Bioética y Profesionalismo de la SEMI son importantes porque generan espacios de reflexión colectiva sobre cuestiones relevantes para la especialidad y para el ejercicio de la práctica médica como “si la autonomía es real en nuestros pacientes, qué papel se reserva para la familia y sobre compasión y humanización en un modelo tecno-científico que plantea patrones de necesidadservicio y/o padecimiento-tratamiento”.

Principales conflictos éticos a los que se enfrentan los internistas

En su labor asistencial, los principales conflictos éticos a los que se enfrentan los médicos internistas son los relacionados con el final de la vida (la limitación del esfuerzo terapéutico, el tratamiento paliativo o las órdenes de no reanimación cardiopulmonar), los conflictos con los familiares y la toma de decisiones en pacientes que no tienen competencia para decidir por sí mismos. En relación a los conflictos en la comunicación médico-paciente, en los internistas españoles se ha demostrado que son menos frecuentes e importantes que entre los internistas de otros países, como los de México, pese a “compartir lengua y raíces”. En un artículo publicado en RCE por miembros del grupo de trabajo de Bioética y Profesionalismo de SEMI, se ha puesto de manifiesto, precisamente, que “el 70,1% de los internistas encuestados se enfrentaba a conflictos éticos en su práctica clínica con frecuencia o casi siempre” y que, para “al menos el 39,9% de los profesionales, estos problemas éticos complicaban la asistencia clínica cotidiana con frecuencia o casi siempre”.

Durante la jornada, se organizó una mesa centrada en ¿Cómo debe ser la relación médico-paciente? y otra sobre ¿Cómo es una buena comunicación? La conferencia de clausura llevó por título “Ética dialógica y deliberación moral” y se entregó durante el transcurso del evento el VII Premio Francisco Vallés al Mejor caso en Bioética.

Actualmente, según explica el Dr. Antonio Blanco, la relación médicopaciente es una relación burocrática. La burocracia establece “patrones de comportamiento rígidos, fundamentalmente legalistas, protegiendo valores sin llegar a encontrarse en ellos”. Este tipo de relación ha promocionado la denominada “medicina defensiva”. Hacia dónde ir puede haber un consenso relativamente claro: “Transformar la era de la burocracia en la era de la deliberación compartida y transformar la medicina defensiva en medicina compasiva”; es decir, entender la toma de decisiones como fruto de una historia vital que “pone de relieve la vivencia de unos valores. Y entender la relación médico-paciente “como un acto de introspección y revelación tanto de síntomas como de valores”, comenta el Dr. Blanco.

Sobre la deshumanización en Sanidad

Precisamente, durante la jornada se analizó el papel que deben desempeñar las instituciones sanitarias para combatir la deshumanización, un problema que se debe enfrentar desde el ámbito de la gestión, aunque no solo, de los sistemas sanitarios, al igual que la brecha digital y el “tecnoteísmo” como afirmaron algunos de los ponentes. Si la compasión es eficiente, ¿por qué no se empieza a medirla? “La tecnología será un aliado siempre y cuando nos ofrezca más tiempo para comunicarnos mejor y un enemigo si acaba fragmentando o comercializando la relación médico-paciente”, se incide desde el Grupo de Bioética y Profesionalismo de SEMI. En la reunión, se recordaron las palabras que parece que Gregorio Marañón le dirigió a un periodista cuando éste le preguntó por el avance más importante que había tenido la medicina: la silla, respondió Marañón. La silla como elemento de encuentro, de comunicación, de conexión. También durante la Reunión se abordó la “conspiración del silencio” en varias ocasiones. Destacaron la importancia de “validarnos moralmente en la comunicación, adaptarnos, identificar y hacer explícitos los temores, empatizar y confrontar”. La formación “en cuidados paliativos y en bioética son pilares estratégicos” es importante tener en cuenta a “los familiares y cuidadores, porque son nuestro mayor aliado para lo mejor para nuestros pacientes”.

La comunicación de las malas noticias

La comunicación de malas noticias es el día a día de los sanitarios y sobre esto también se considera necesaria más formación desde la facultad. “No nos enseñan a hacerlo durante nuestra formación universitaria y durante la residencia lo aprendemos de los demás”. A este respecto, conviene tener en cuenta varios principios: “primero, saber si el paciente quiere saber y cuánto quiere saber. Después, elegir lo oportuno, es decir qué información y en qué momento. Casi nunca es bueno decir todo de una vez”, afirma el Dr. Blanco Portillo.

Por último, se ha recordado que “la bioética no es un apartado estanco e independiente; es una materia que atraviesa a la práctica médica y en esta ya sabemos que primum non nocere”. No todo lo que es técnicamente posible, es éticamente aceptable”, concluye el Dr. Blanco. Por último, los ponentes dieron varios consejos finales para llevarnos a nuestro día a día: cercanía, trabajo personal, cerebro en calma, interés y curiosidad.

Fuente

Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI)

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