Los trastornos de ansiedad son comunes en la edad avanzada y pueden servir como factor de riesgo para el desarrollo de otras enfermedades, incluida la demencia.

Ansiedad como factor de riesgo

El estrés crónico, que a menudo va acompañado de trastornos de ansiedad, puede conducir a una serie de problemas de salud, incluidas enfermedades cardiovasculares y diabetes. A su vez, estos factores son factores de riesgo independientes para el desarrollo de demencia.

El papel de los benzodiazepinas

El tratamiento farmacológico de los trastornos de ansiedad con benzodiazepinas es controvertido. Varios estudios han proporcionado resultados diferentes con respecto al riesgo de desarrollar demencia.

La cohorte retrospectiva

Una investigación reciente examinó la relación entre trastornos de ansiedad, benzodiazepinas y el riesgo de demencia en personas mayores de 65 años. El estudio incluyó datos electrónicos de salud de 2014 a 2021.

Resultados del estudio

El estudio encontró una relación independiente entre los trastornos de ansiedad y un mayor riesgo de desarrollar demencia. Además, las personas tratadas con benzodiazepinas mostraron un riesgo aumentado del 28% de desarrollar demencia.

Conclusiones y recomendaciones de acción

Los resultados del estudio subrayan la necesidad de una decisión cuidadosa al tratar los trastornos de ansiedad con medicamentos. Es importante tener en cuenta el posible riesgo de desarrollar demencia sin descuidar los efectos negativos de los trastornos de ansiedad sin tratar.

Conclusión

El tratamiento de los trastornos de ansiedad, especialmente con benzodiazepinas, requiere una ponderación cuidadosa de riesgos y beneficios. Los resultados del estudio sugieren que tanto los trastornos de ansiedad como el tratamiento con benzodiazepinas podrían estar asociados con un mayor riesgo de desarrollar demencia.

Autor(a): Ina Engemann

Fuente: GelbeListe

Referencias:

¹Brieler JA, Salas J, Amick ME, et al. (2023): Anxiety disorders, benzodiazepine prescription, and incident dementia. Journal of the American Geriatrics Society, DOI:10.1111/jgs.18515