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La telemedicina ha permitido mantener la calidad asistencial del paciente con cáncer durante la pandemia por COVID-19

VADEMECUM - 14/04/2021  TECNOLOGÍA

Un mayor uso de la telemedicina en el futuro permitiría dedicar más tiempo presencial a los pacientes, mejorando, probablemente, su calidad de vida y reduciendo las visitas a urgencias y hospitalizaciones.

¿Cuáles son las fortalezas y limitaciones de la telemedicina aplicada en la oncología?, ¿en qué punto se encuentra España respecto a su aplicación para el abordaje de los pacientes con cáncer?, ¿cuáles son los principales aspectos éticos y legales que deben tenerse en cuenta?, ¿cómo debería estructurarse una visita médica telemática? Ante las múltiples preguntas que se plantean sobre este tema, la división de Oncología de Pierre Fabre ha organizado el seminario virtual ‘Telemedicina y cáncer’, dirigido a profesionales sanitarios con el objetivo de ofrecer un análisis pormenorizado sobre el tema.

La doctora Margarita Majem, responsable de la Unidad de tumores torácicos y cutáneos del Servicio de Oncología Médica del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, en Barcelona, ha sido la encargada de moderar este encuentro ‘on line’ en el que también han intervenido la doctora Carmen Beato, oncóloga médica del Hospital Universitario Jerez de la Frontera, Cádiz, y coordinadora del Grupo de Trabajo SEOM de Telemedicina; el doctor Sergio Vázquez, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Lucus Augusti, en Lugo, y el doctor Joaquín Bellmunt, profesor asociado de Medicina en la Escuela de Medicina de Harvard y director del Programa de Cáncer de Vejiga en el Beth Israel Deaconess Medical Center, ambos en Boston, Estados Unidos. Todos han coincidido en que la telemedicina es el presente y el futuro y, a pesar de que no podrá reemplazar a la asistencia presencial, sí que consideran que esta herramienta es de gran ayuda para complementar el abordaje de esta patología.

En un primer momento, la doctora Majem ha presentado el seminario ‘Telemedicina en oncología’ así como a los ponentes. La doctora ha destacado la importancia que ha adquirido la telemedicina en el último año, cuyo uso era muy limitada antes de la pandemia.  En concreto, ha resaltado las principales fortalezas de la telemedicina, como son la optimización de los recursos asistenciales, la accesibilidad de los pacientes, la reducción de las estancias hospitalarias, de los desplazamientos del paciente y acompañante y de la masificación en las salas de espera. Sin embargo, explica la Dra. Majem, la telemedicina presenta una serie de limitaciones importantes, como son la necesidad de adaptación a las nuevas tecnologías de los pacientes y los profesionales, la posible falta de equidad en el acceso a la tecnología, barreras en la comunicación o la sensación de desatención por parte de los pacientes.

A su vez, la doctora Beato ha afirmado durante su ponencia ‘Situación actual y futuro del uso de la telemedicina’ que los beneficios extraídos de la telemedicina son numerosos, pero, como todo, también cuenta con una serie de limitaciones. En concreto, ha incidido en que, desde un punto de vista técnico, “es necesario contar con equipos capaces de comunicarse, plataformas específicas que permitan almacenar y consultar datos clínicos y conexiones adecuadas; debe asegurarse el aviso previo a los pacientes especificando de qué manera y en qué horario serán contactados por su médico, así como asegurar la continuidad asistencial de las siguientes visitas y, en tercer lugar, se debe tener en cuenta el nivel educativo, el acceso de los pacientes a las nuevas tecnologías de la comunicación, la edad avanzada, el deterioro cognitivo, la barrera idiomática o situaciones clínicas que suponen barreras del lenguaje que pueden dificultar el entendimiento por ambas partes”.  

Aspectos éticos y legales

Respecto a su regulación y los aspectos éticos y legales de la misma, la especialista ha destacado que no se dispone, hasta el momento, de una ley específica que la regule. “Ello no debería ser excusa para un uso juicioso y prudente de la misma, pues el Código Deontológico de Medicina sí contempla, aunque de modo poco desarrollado, algunas directrices”, ha advertido.

Precisamente en este sentido, el doctor Vázquez, quien ha centrado su intervención en ‘Buenas prácticas, aspectos legales y minimización de riesgos’, ha apuntado que el consentimiento informado del paciente y no perder el contacto presencial con este son los dos principales aspectos que se deben tener presentes. “Las malas noticias siempre se deben transmitir de modo presencial. Las consultas no presenciales deberán realizarse siempre con el paciente [no con familiares o allegados]. De hecho, deberá constar en la historia clínica que la consulta es no presencial”, ha precisado.  

Sin embargo, el facultativo también ha querido aclarar que la telemedicina no está indicada para todos los pacientes oncológicos. “No es apta en primeras visitas, resultados de pruebas, y sobre todo en caso de progresión de la enfermedad, cambios de línea de tratamiento y, algo básico, siempre que el paciente no quiera. Además, deberían alternarse siempre consultas presenciales con no presenciales”, ha indicado.  

Visitas estructuradas

‘Consejos útiles: de oncólogo a oncólogo’ ha sido la ponencia que ha corrido a cargo del doctor Bellmunt. En ella, el especialista ha hecho hincapié en que “una visita estructurada debería empezar por una adecuada identificación del paciente con al menos dos parámetros como la fecha de nacimiento y el domicilio del paciente, preguntarle dónde está ubicado y si alguien más está alrededor compartiendo la visita, sobre todo, en caso de que esta sea telefónica; pero también si se efectúa en videoconferencia”.

Otro de los aspectos a los que prestar especial atención es a la confidencialidad de los datos. “Obviamente, la exploración física o las constantes vitales no podrán nunca ser tomadas, pero el paciente puede proporcionar estos datos y sobre todo en la exploración física por videoconferencia podemos capturar datos visibles. También es importante confirmar las medicaciones que el paciente está tomando y actualizarlas en la nota clínica, junto con los síntomas, las exploraciones recientemente realizadas, así como los análisis, que deben de ser comentados minuciosamente”.

Acerca del plan terapéutico a seguir, este debe de ser discutido y verbalmente aceptado por el paciente preguntándole al final que le describa él mismo lo que ha comprendido al respecto. “Cualquier visita en telemedicina debe de transcribirse incluyendo el tiempo de preparación de la entrevista y el tiempo en el cual se ha mantenido contacto telefónico o por videoconferencia con el paciente. Se debe de generar una nota escrita en la que consten todos los datos de que se ha confirmado la identidad del paciente y que se ha preservado su confidencialidad en todo momento junto con obviamente el juicio clínico”, ha añadido el experto.

La pandemia por la COVID-19 y la telemedicina

Un ejemplo paradigmático es cómo se ha aplicado la telemedicina en oncología durante la pandemia por la COVID-19. En palabras del doctor Bellmunt, que ha permanecido en Boston la mayoría de la pandemia, durante todos estos meses, “he efectuado visitas remotas a los pacientes que visitaba habitualmente en Barcelona. Ha sido importante mantener contacto con alguna persona gestora en el área de residencia del paciente para que las instrucciones recibidas se manejasen adecuadamente. Adicionalmente, el tener a un médico presente durante la tele-visita ha sido fundamental para evitar errores y llevar a término exitosamente el cuidado médico del paciente”.

El mensaje que ha destacado el facultativo es que su experiencia forzada en los momentos de la pandemia lo ha llevado a redescubrir formas alternativas en la visita médica. “Aunque el contacto personal y la visita presencial son absolutamente necesarias, la ayuda de la telemedicina ha conseguido optimizar y mantener la calidad asistencial del paciente sin menoscabo en su cuidado”, ha señalado.

Y, al respecto, el doctor Vázquez ha enfatizado que esta herramienta “ha venido para quedarse”. Gracias a ella, es posible “dedicar más tiempo presencial a los pacientes que realmente lo necesitan, mejorando, probablemente, su calidad de vida y reduciendo las visitas a urgencias y hospitalizaciones”. Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer y, para ello, habrá que “desarrollar herramientas como la videoconsulta y la teleasistencia domiciliaria”, ha concluido.

Fuente: Berbés Asociados

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