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COVID-19: La paradoja del asma

VADEMECUM - 09/06/2020  COVID19

Las infecciones por virus con tropismo respiratorio son una de las principales causas de las exacerbaciones del asma. Y, por lo tanto, es lógico que al comienzo de la epidemia de infecciones por SARS-CoV-2, la comunidad de neumología y, en general, la comunidad médica, temiese que los pacientes asmáticos pagarían un alto precio por esta enfermedad hasta entonces desconocida. Sin embargo, desde las primeras publicaciones realizadas por equipos en China y después en Italia, los asmáticos han sido pocos entre los pacientes hospitalizados por una infección por COVID-19. Una observación paradójica compartida por médicos franceses, como fue bien subrayado por el Profesor Gilles García, neumólogo, y el Dr. François Trémolières, infectólogo e internista, durante el Vidal Live del 15 de abril de 2020 dedicado al asma.

Ante la llegada de esta nueva infección viral con tropismo respiratorio, se hizo un paralelismo con la gripe y, más ampliamente, con las epidemias virales de invierno, que favorecen las exacerbaciones del asma. Por lo tanto, los asmáticos se consideraron a priori como sujetos en riesgo de infección, especialmente de infección grave. Un temor que hasta ahora no ha demostrado fundamentos, incluso si aún se requiere precaución ante esta infección viral que todavía es muy poco conocida. Pero los datos actuales convergen: los pacientes asmáticos no parecen tener más riesgo de contraer COVID-19 que la población general. Del mismo modo, en caso de infección, no parecen estar particularmente en riesgo de manifestar  formas graves, sino que estas se relacionan más con pacientes con antecedentes cardiovasculares, sujetos obesos y diabéticos.

Sin embargo, estos datos tranquilizadores no deberían hacernos olvidar la necesidad de respetar los gestos de barrera (lavado de manos, distanciamiento social, etc.).

Tener en cuenta el factor “edad”.

“Por supuesto, debemos tener en cuenta la edad y el control del asma”, dijo el profesor Gilles García, neumólogo de Antony. “La situación es completamente diferente dependiendo de si se trata de un paciente de unos treinta años con asma bien controlada mediante un tratamiento con corticosteroides inhalados de baja dosis o un sujeto 70 años con asma severa y mal controlada”.

Una opinión compartida por el Dr. François Trémolières, quien considera que el SARS-CoV-2 tiene un impacto diferente al del virus de la influenza en sujetos asmáticos, en particular en la población pediátrica, donde la influenza es un factor importante de exacerbación de asma.

Indudablemente, estas diferencias se deben al modo particular de acción del SARS-Cov-2 que, a nivel pulmonar, conduce a un compromiso inflamatorio alveolar, responsable del síndrome de dificultad respiratoria aguda y que explica los muy altos requerimientos de oxígeno, pero también la aparición de trombosis.

El lugar de los corticosteroides inhalados en el estudio de personas no asmáticas

En la práctica, se recomendó a los sujetos asmáticos (como a toda la población) evitar los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, pero no interrumpir su tratamiento con corticosteroides inhalados, cuyo objetivo es mantener un bajo nivel de inflamación bronquial.

Debido a su modo de acción, los corticosteroides inhalados podrían incluso utilizarse para prevenir formas graves de COVID-19. En Francia se ha iniciado un estudio clínico multicéntrico, el ensayo INHASCO, coordinado por Pr Camille Taillé en el hospital Bichat (París). El objetivo es evaluar el papel protector de los corticosteroides inhalados en la infección por COVID-19, independientemente del estado asmático. La primera inclusión tuvo lugar el 13 de abril de 2020.

Consultar en caso de síntomas inusuales

Otra recomendación importante: la necesidad de consultar a su médico en caso de aparición de síntomas respiratorios diferentes a los que se presentan habitualmente (despertares nocturnos, necesidad de aumentar las dosis de agonista beta-2, etc.), lo que debe hacer sospechar de una infección COVID-19, solicitando, si está indicada, una radiografía de tórax. “Ciertos artefactos radiológicos son muy sugestivos de una neumonía viral por SARS-CoV-2”, recordó el Prof. García.

Del mismo modo, teniendo en cuenta esta epidemia, los pacientes con asma grave en tratamiento con corticosteroides orales deben comunicarse con su neumólogo.

El caso de las bioterapias es diferente, ya que no son tratamientos inmunosupresores y no deben interrumpirse.

Una revisión a los 2-3 meses

Los pacientes con asma con infección por COVID-19 deben recibir una evaluación remota. Como señaló el profesor Gilles García, es importante realizar una radiografía 2 ó 3 meses después de la infección, para asegurarse de que las lesiones pulmonares hayan desaparecido. Esta evaluación debe complementarse con exploraciones de la función respiratorias. En general, debe realizarse a cualquier paciente con diagnóstico de neumonía por SARS-CoV-2 que haya requerido oxigenoterapia, para verificar la recuperación ad integrum de la función respiratoria.

 

Fuente: Vidal Francia

 

 

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