El 17 de octubre se celebra el Día Mundial contra el Dolor, principal causa por la que una persona acude a un centro sanitario y que afecta a más de 7 millones de personas en España, según los datos ofrecidos por la última [1]Encuesta Nacional de Salud. La mayoría de los dolores son de tipo musculoesquelético, lo que implica que una parte fundamental del tratamiento, además de la medicación, sean las técnicas intervencionistas, así como el ejercicio físico realizado con regularidad y la fisioterapia.

El desarrollo tecnológico experimentado en el ámbito médico a lo largo de los últimos años ha propiciado el surgimiento y desarrollo de nuevas opciones terapéuticas como la neuromodulación. A través de la emisión de señales eléctricas que modulan el sistema nervioso central o periférico, esta técnica permite modificar aquellas señales neurológicas que puedan encontrase afectadas por una determinada patología.

“Este tipo de técnicas pueden realizarse de forma regular y con mínimos efectos secundarios, permitiendo al paciente obtener una mejora del dolor que padece, recobrando la funcionalidad y en consecuencia obteniendo una reincorporación a la vida habitual. Así mismo, favorece una disminución en el consumo de fármacos, los cuales pueden generar en muchas ocasiones alteraciones importantes como son las molestias gástricas, renales, psicológicas, o problemas de dependencia o adicción”, apunta el Dr. Carlos Tornero, director de la Cátedra de Dolor Universidad Francisco de Vitoria–Fundación Vithas y presidente de la Sociedad Española de Neuromodulación.

Las técnicas intervencionistas ofrecen también la posibilidad de avanzar en la recuperación de pacientes pendientes de cirugía, “las principales intervenciones quirúrgicas que se realizan en pacientes con dolor suelen ser por dolor a nivel de la columna vertebral como hernias discales. El empleo de técnicas mínimamente intervencionistas percutáneas, sin necesidad de cirugía, supone un alivio importante del dolor e incluso en algunos casos permite replantearse la intervención quirúrgica”, asegura el Dr. Tornero.

Múltiples aplicaciones y un riesgo mínimo

La estimulación a nivel medular se emplea en diferentes patologías entre las que se encuentran los pacientes intervenidos de columna vertebral que a pesar de la cirugía continúan con dolor y medicación oral, así como aquellos que presentan dolor regional complejo, dolor pélvico, miembro fantasma tras amputación, dolor post-toracotomía o dolor invalidante como secuela de una intervención quirúrgica.

Así mismo, a nivel cerebral se utiliza habitualmente para el tratamiento del párkinson, en los trastornos del movimiento, en casos de epilepsia refractaria a tratamientos orales, e incluso en pacientes con depresión mayor y trastornos de la alimentación.

“Son técnicas que sin duda aportan múltiples ventajas y con un riesgo muy bajo. Los resultados obtenidos son realmente buenos cuando la selección de los pacientes es la adecuada y el procedimiento es realizado por profesionales experimentados en técnicas de neuromodulación”, asegura el Dr. Carlos Tornero.

Investigación, formación y difusión

La Cátedra del Dolor UFV-Fundación Vithas, tiene entre sus objetivos el fomento de la investigación, promoviendo para ello la puesta en marcha de estudios y ensayos clínicos centrados en el tratamiento integral del dolor.

Dentro del ámbito formativo, se llevan a cabo gran variedad de programas docentes de posgrado vinculados con el dolor crónico y agudo. Estos programas se complementan con la realización de jornadas divulgativas dirigidas a profesionales y pacientes que tienen como fin mejorar la calidad de vida de la población afectada con alguna patología dolorosa.