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Más de la mitad de los niños y adolescentes con dermatitis atópica moderada-grave también padece asma

VADEMECUM - 24/02/2022  PATOLOGÍAS

Ambas enfermedades tienen un gran impacto en su día a día y en el de sus familias, sobre todo porque los menores que las padecen suelen experimentar síntomas persistentes e incontrolados1,2

El asma y la dermatitis atópica (DA) afectan a más de 3 y 1,5 millones de personas en España, respectivamente6,7. Se trata de enfermedades que tienen un impacto muy elevado en la calidad de vida de los pacientes y que, en muchos casos, pueden presentarse de forma simultánea en una misma persona, condicionando todavía más su día a día. Especialmente en el caso de los menores, para quienes convivir solo con una de las dos patologías ya puede tener consecuencias a nivel físico, emocional, social y psicológico, además de escolares8-12.

Más del 50% de los niños de 6 a 11 con DA moderada-grave también tiene asma13, y en el caso de los adolescentes este porcentaje puede oscilar entre el 49 y el 81%11. La coexistencia de estas patologías en un mismo paciente no es casual. Los últimos avances científicos han demostrado que tanto la dermatitis atópica como un tipo de asma grave tienen como origen una respuesta excesiva de la inflamación tipo 2 del sistema inmunitario ante alérgenos u otros factores desencadenantes.

El impacto de la DA y el asma en la vida diaria

La dermatitis atópica, cuyos síntomas pueden ser persistentes e incontrolados1,2, puede afectar a distintos ámbitos de la vida de los niños y adolescentes que la padecen. Especialmente debido al picor intenso o prurito. Por ejemplo, muchos reducen su interacción social y experimentan dificultades para dormir, así como síntomas de depresión y ansiedad; unas consecuencias que, a su vez, pueden afectar también en su rendimiento escolar8-12. En este sentido, se calcula que los adolescentes con DA moderada-grave pierden entre 8 y 12 días de escuela cada cuatro semanas11, y el 39% de los jóvenes de 14 a 17 años ha reconocido haber sido víctima de bullying o acoso debido a la enfermedad10.

Las familias y el entorno también se ven seriamente afectados: Las familias pueden pasar hasta 12 horas a la semana cuidando a sus niños con DA14 y hasta un 73% de los familiares y/o cuidadores faltan al menos un día al trabajo cada cuatro semanas14 Además, la falta de sueño o la incapacidad para realizar las tareas domésticas comporta un impacto negativo en la dinámica familiar14,15,  y el 36% presentan síntomas de ansiedad y/o depresión16.

El asma, por su parte, se estima que afecta aproximadamente al 4,9% de la población adulta en España y a alrededor del 10% de los niños17,18; siendo considerada la segunda enfermedad más prevalente en adolescentes, solo por detrás de la obesidad19. En lo que se refiere al asma grave, la patología puede tener un gran impacto social y personal en el día a día de adultos y adolescentes debido, principalmente, al alto riesgo de exacerbaciones e ingresos hospitalarios20.

Concretamente en los jóvenes de 12 a 17 años, la enfermedad puede hacer que se sientan avergonzados, cohibidos o inseguros; sobre todo por como los síntomas puede interferirles en el sueño, la escuela, la esfera social o las actividades deportivas21. La enfermedad supone, pues, una dificultad añadida a una etapa de la vida ya complicada de por sí, pudiendo tener efectos sobre su capacidad de independencia, el desarrollo de su imagen corporal, la maduración de su personalidad, la búsqueda de su propia identidad e incluso en la relación con el grupo de amigos19. Asimismo, pueden infravalorar la gravedad de su asma y tener un mayor riesgo de depresión, aislamiento y ansiedad21. Una carga que también se extiende a su entorno, por la preocupación y ansiedad que sienten22 y por los días de trabajo perdidos23.

A todo ello hay que sumar el tratamiento habitual continuado tanto del asma como de la DA moderada-grave puede suponer una carga significativa para la vida diaria de los menores y de sus sus familiares.14,24

Entendiendo la conexión entre el asma y la DA

El desconocimiento de la conexión que existe entre estas enfermedades dificulta, a menudo, su diagnóstico y tratamiento1,2.

Según diversos estudios científicos, la inflamación tipo 2 presente en nuestro sistema inmunitario puede responder de forma excesiva ante alérgenos u otros factores desencadenantes y esta respuesta puede juegar un papel determinante en enfermedades inflamatorias como la dermatitis atópica y el asma; así como para la rinosinusitis crónica con poliposis nasal (RSCcPN), la esofagitis eosinofílica (EEo) o algunas alergias alimentarias. Además, este origen común también se considera la razón por la que las personas con una enfermedad inflamatoria tipo 2 tienen más riesgo de convivir con otra patología de la misma clase.

Por ejemplo, hasta el 35% de las personas con asma grave también tiene DA y hasta el 50% de las personas con DA también asma3,25,26. En lo que se refiere a los niños, más del 85% de los afectados por una dermatitis atópica también sufren otra enfermedad inflamatoria tipo 2, conviviendo con asma más de la mitad8. Este porcentaje aumenta hasta el 93% en los adolescentes con DA moderada-grave, de los cuales hasta un 81% también tiene asma9.

Ante este escenario, recientemente se ha anunciado la financiación en España de un innovador tratamiento biológico que actúa sobre los desencadenantes de la inflamación tipo 21 . Se trata de dupilumab, del cual podrán beneficiarse niños a partir de 6 años y adolescentes con dermatitis atópica grave, así como jóvenes desde los 12 años y adultos con asma grave con inflamación de tipo 2. Esto permitirá  que muchos menores en nuestro país con dermatitis atópica y asma no controladas puedan acceder a un tratamiento biológico efectivo y seguro. Además, desde 2019, el tratamiento se comercializa en España para DA grave en adultos.

Referencias:

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2. Carr, S., Chan, E.S. & Watson, W. Eosinophilic esophagitis. Allergy Asthma Clin Immunol 14, 58 (2018). https://doi.org/10.1186/s13223-018-0287-0 (Último acceso: febrero 2022)

3. Steinke, J. W., & Wilson, J. M. (2016). Aspirin-exacerbated respiratory disease: pathophysiological insights and clinical advances. Journal of asthma and allergy9, 37–43. https://doi.org/10.2147/JAA.S88739 (Último acceso: febrero 2022.

4. Staikūniene, J., Vaitkus, S., Japertiene, L. M., & Ryskiene, S. (2008). Association of chronic rhinosinusitis with nasal polyps and asthma: clinical and radiological features, allergy and inflammation markers. Medicina (Kaunas, Lithuania), 44(4), 257–265.

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6. Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC): https://www.seaic.org/inicio/noticias-general/dia-nacional-de-la-dermatitis-atopica-2.html (Último acceso: febrero 2022)

7. Escarrer, M. Guerra, MT. Dermatitis atópica. Protoc diagn ter pediatr. 2019;2:161-75.Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP). Disponible en:  https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/11_dermatitis_atopica.pdf (Último acceso: febrero 2022)

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12. Weidinger, S., & Novak, N. (2016). Atopic dermatitis. Lancet (London, England)387(10023), 1109–1122. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(15)00149-X (Último acceso: febrero 2022)

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Fuente: HK Strategies

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