La importancia del laboratorio clínico en la prevención, detección y tratamiento de las enfermedades ha quedado patente en el XIV Congreso Nacional Labclin, donde un total de 1.300 congresistas profesionales del laboratorio clínico (médicos, biólogos, químicos, bioquímicos y farmacéuticos) se han reunido para continuar con su actividad científica y formativa, que no se ha detenido ni durante los peores meses de la pandemia.

Estas son algunas conclusiones destacadas del congreso, celebrado en formato virtual del 8 al 14 de noviembre y organizado conjuntamente por la Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEQCML), la Asociación Española de Biopatología Médica-Medicina de Laboratorio (AEBM-ML) y la Asociación Española del Laboratorio Clínico (AEFA), y que ha conseguido más de 75.000 visitas y 7.500 conexiones.

Biomarcadores en el cribado del cáncer

En España fallecen al año unas 112.000 personas a causa de un cáncer. La tasa de mortalidad de cualquier tumor es inversamente proporcional al estadio en el que se diagnostica, por lo que es fundamental utilizar programas de cribado fácilmente aplicables a toda la población.

“Hoy en día, el uso de los biomarcadores en cáncer se aplica a la mayoría de los tumores, especialmente en la monitorización de la enfermedad”, comenta el Dr. Álvaro González Hernández, Director del Laboratorio de Bioquímica de la Clínica Universidad de Navarra.

Por ejemplo, el cáncer de mama es la primera neoplasia en la mujer, tanto en incidencia como en mortalidad. Provoca más de 6.000 muertes anuales y 30.000 casos diagnosticados.

“El estudio del cáncer de mama nos ha enseñado que hay una gran heterogeneidad biológica y clínica. El comportamiento metastásico es más complejo de lo que pensábamos, no solamente una suelta de células a la circulación, sino que es un proceso muy complejo en el que incluso el tumor genera o acondiciona el micro ambiente en nichos pre-metastásicos. Además, sabemos que esa diseminación es una fuente de heterogeneidad tumoral y es algo que ocurre hasta 2-4 años antes del diagnóstico. Es decir que cuando diagnosticamos los tumores clínicamente esa diseminación ha ocurrido en muchos casos 2-4 años antes”, argumenta el Dr. Francisco Ayala de la Peña, Jefe de sección de Oncología Médica del Hospital Universitario Morales Meseguer (Murcia).

Los biomarcadores son imprescindibles en la monitorización de la enfermedad. Por ejemplo, el CA15.3 en el cáncer avanzado de mama.

Se calcula que este año se diagnosticaran unos 30.000 nuevos casos de ca de colon en nuestro país. El cribado poblacional, con la detección de sangre oculta en heces, podría detectar los tumores en fase precoz, disminuyendo por tanto la tasa de mortalidad. Este tipo de cribado se “está extendiendo cada vez más en la población de más de 50 años para una detección temprana de esta enfermedad”, asegura, pero todavía no alcanza a toda la población. Es de esperar que este cribado se extienda y llegue al 100% de la población, ya que en este momento las cifras de cobertura y respuesta son muy bajas.

Los test viscoelásticos

La implantación de técnicas viscoelásticas ha supuesto un cambio significativo a la hora de guiar problemas asociados al sangrado y acercar el laboratorio a áreas necesitadas. Este tipo de test aporta información global de toda la coagulación; ya que integra la hemostasia primaria, secundaria y la fibrinólisis. Además, da la posibilidad de realizar un tratamiento más rápido, orientado y guiado; permite monitorizar una situación de hipercoagulabilidad (caso de trasplantes, politraumatismos, etc.); supone un ahorro de hemoderivados y una disminución del número de transfusiones a los pacientes.

ADN fetal

"Los avances que ahora vemos en el campo del test de ADN fetal circulante son el resultado de varias décadas de investigación que comenzaron en los años 90. Estas investigaciones han eclosionado en la última década propiciando no solo la posibilidad de hacer un cribado prenatal sino que son la base de lo que se ha dado en llamar biopsia líquida en el caso de cáncer, bien para diagnóstico o bien para el seguimiento terapéutico", asegura el Prof. José Miguel García-Sagredo, secretario general de la Real Academia Nacional de Medicina.

La cronobiología

¿Para qué sirve la cronobiología en la práctica clínica? “Nos ayuda, por un lado, a prevenir patologías y a hacer una adecuada gestión y planificación de los recursos materiales y humanos. Y por otro, a realizar un mejor tratamiento de las enfermedades; esta es la cronoterapia, una rama de la cronobiología que se dedica al tratamiento de la enfermedad”, ha comentado la Dra. María Elena Redín Sarasola del Servicio de Bioquímica, Hospital Universitario Donostia (Osi Donostialdea) de San Sebastián.

Por ejemplo, en el tratamiento de la hipertensión arterial en adultos, la cronobiología a establecido una relación clara entre la efectividad y la hora a la que se administra la medicación. Otro ejemplo son los enfermos en diálisis: si realizan su diálisis por la mañana, se produce una alteración en la generación de melatonina y perjudica el sueño y el descanso. Sin embargo, los que la reciben en los turnos de tarde o noche, no la tienen.

Los análisis ritmométricos nos ayudan a estudiar qué meses son los más difíciles para ciertas patologías y dónde debemos extremar la prevención y recursos. Según los resultados del análisis epidemiológico y cronobiológico de la hospitalización pediátrica por patología respiratoria en Castilla y León en el periodo 2001-2014 existen ritmos circanuales para todos los grupos estudiados. La bronquiolitis mostró su punto más elevado el 8 de enero y el asma con ritmo bimodal el 30 de octubre. Los casos de bronquiolitis se concentran entre diciembre y febrero. El asma y la bronquitis presentan una distribución más uniforme a lo largo del año con una caída significativa en julio y agosto. Estos datos permiten adecuar los programas preventivos y los recursos sanitarios a los periodos de intensificación de las patologías.

Dislipemias

La dislipidemia es la concentración anormal de lípidos y lipoproteínas en la sangre (las grasas y las proteínas encargadas de su transporte). Los altos niveles de LDL (colesterol malo) y triglicéridos y los niveles bajos de HDL (colesterol bueno) se han vinculado al desarrollo de enfermedad cardiovascular.

El laboratorio de medicina tiene un papel esencial en la orientación diagnóstica de las patologías lipídicas. En el congreso se resaltó la visión conjunta en la clínica de las dislipemias y el papel fundamental en la elaboración de informes, justificación de resultados y detección precoz. El Dr. Antonio J. Vallejo-Vaz, del Imperial Centre for Cardiovascular Disease Prevention (Londres) comentó en su presentación:

“La Hipercolesterolemia Familiar (HF) es una enfermedad que se estima afecta a 200.000 personas en España, de las cuales solo el 10% están diagnosticadas y tratadas adecuadamente. Y ello, a pesar de que la HF es una enfermedad que causa arteriosclerosis y puede producir eventos como ictus o infarto de miocardio en personas relativamente jóvenes y, por tanto, provocar un aumento de la morbilidad y mortalidad prematura”.

La HF es un trastorno genético que implica unas concentraciones de colesterol muy altas en los afectados, desde etapas iniciales de la vida. Ya en 1998 la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció a esta enfermedad como una prioridad de salud pública mundial. Según la OMS, esta enfermedad afecta a 1 de cada 200-250 personas en todo el mundo de todas las razas y etnias.

El principal reto para luchar contra la Hipercolesterolemia Familiar es la detección precoz. Para ello, es fundamental el cribado de casos desde Pediatría y Atención Primaria, y la implicación de los laboratorios clínicos.

Fuente: Grupo Pacífico