La maternidad forma parte del ciclo de vida de muchas mujeres, es sinónimo de ilusión y futuro. Pero a veces, el cáncer se cruza en el camino y trastoca esos planes. Para conocer las historias, emociones y reivindicaciones de estas mujeres, GSK ha organizado, dentro de su proyecto ‘Closer meetings, conectando experiencias en oncología’, un encuentro virtual con sus protagonistas que se ha convertido en una conversación viva sobre oncología y maternidad.

Moderado por la periodista de Onda Cero Belén Gómez del Pino, el evento se ha convertido en un punto de encuentro en el que dos mujeres de la asociación de afectados por cáncer de ovario ASACO, Irene Roldán y María Luque, han relatado su testimonio en primera persona sobre cómo afecta un diagnóstico oncológico antes y después de la maternidad.

En el caso de Roldán, tras más de nueve años intentando ser madre, sus posibilidades de tener hijos quedaron totalmente anuladas por un carcinoma epitelial seroso de alto grado (un subtipo de cáncer de ovario) que le obligó a someterse a una histerectomía radical. “Me extirparon los ovarios, el útero, las trompas de Falopio, 18 ganglios y el epiplón. Una operación durísima a nivel físico, que deja secuelas físicas y psicológicas importantes”, como ha resumido ella misma.

Para Luque, en cambio, el diagnóstico de cáncer de ovario llegó ya con dos hijos de 10 y 12 años, en medio de una intensa vida laboral. En su caso, consideraba ya completa su maternidad con sus dos hijos, pero “tras ese primer impacto de miedo e incredulidad inicial, me dije a mí misma que yo tenía que ser fuerte justo por esa familia a la que quería tanto, por mis hijos que aún eran pequeños y que necesitaban a su madre. Yo quería acompañarlos en todos los momentos de sus vidas y no me permitía pensar que no pudiese hacerlo. Ellos fueron los que me dieron la fuerza interior para soportar todo el período del tratamiento y lo siguen siendo hoy en día, sin menoscabar el apoyo y cariño que me dieron el resto de mis seres queridos”.

Las dos han querido compartir sus experiencias personales a lo largo del primer encuentro de ‘Closer meetings’, poniendo el acento en la importancia de contar con un buen apoyo psicológico para hacer frente a los estragos que el cáncer supone en la maternidad y otros aspectos de la vida diaria. Según la Sociedad Española de Oncologia Médica, a lo largo de 2020 se diagnosticarán en España más de 3.600 tumores de ovario[1].

En este sentido, Fátima Castaño, psicooncóloga en Quálita Psicología y colaboradora en ASACO; ha señalado que “la maternidad es un ámbito de especial relevancia para muchas de las pacientes con cáncer de ovario. Esta enfermedad afecta a una zona eminentemente relacionada con la maternidad. Para muchas de ellas, las dudas y sus miedos tendrán que ver con la afectación que los tratamientos o la enfermedad podrán tener en la posibilidad de ser madres biológicas; y para muchas otras con el manejo de la enfermedad y sus consecuencias en el ámbito familiar con sus hijos”. A su juicio, deberían implantarse protocolos para garantizar un adecuado asesoramiento a las pacientes, adaptado a sus necesidades y deseos. “La experiencia de las pacientes en este sentido es muy diversa, no todas sienten que cuentan con la suficiente información sobre este tema o son acompañadas psicológicamente ante la toma de decisiones difíciles”, ha afirmado.

Irene Roldán no pudo completar su sueño de ser madre tampoco por medio de la adopción debido a su enfermedad, puesto que el cáncer es una de las situaciones objetivas que impide obtener la idoneidad en algunas comunidades autónomas durante el proceso. “Así que tras volver a meditar mucho en pareja, a principios de 2019 decidimos no continuar adelante con el proceso de adopción. Porque implicaba que, en el mejor de los casos, ambos íbamos a estar rondando los 50 si lo conseguíamos. Mi marido y yo hemos aprendido a valorar la vida como nos va llegando sin aferrarnos a que la felicidad vaya unida unívocamente a ser padres o a tener ciertas cosas”, ha explicado.

De hecho, ese apoyo de la pareja ha sido uno de los mensajes principales que ha querido compartir con otras mujeres que puedan estar en la misma situación: “para cualquier mujer que se esté planteando la maternidad y no lo esté logrando, mi humilde consejo es compartir todo en pareja, si se tiene, y tratar de que ese deseo de ser madre no sea limitante ni se convierta en el objetivo principal alrededor del que asentar la felicidad. He visto muchas mujeres ser tremendamente infelices por no poder ser madres, por sentirse ‘menos mujer’, por sufrir continuas preguntas del entorno… Y es muy duro, sí, reconozco que yo misma me he sentido así alguna vez. Pero ser mujer es mucho más que ser madre”.

Para María Luque, desde otra perspectiva, el cáncer le hizo replantearse todas sus prioridades. “El cáncer dio un giro de 360º a mi vida. Los objetivos de mi vida cambiaron de la noche a la mañana. Yo tenía 45 años cuando me diagnosticaron, con una vida profesional muy intensa y que combinaba con el cuidado y atención a mi familia. Tenía muchas ambiciones en el ámbito profesional y se puede decir que me iba bien, pero es cierto que muchas veces tenía ese remordimiento que tenemos las madres trabajadoras con respecto a nuestras familias y no sabía cómo bajarme de esa rueda en la que estaba subida, pero fue el destino el que me bajó de ella”.

Coincide con su compañera en la importancia de la ayuda de psicooncólogos, así como asociaciones de pacientes en las que apoyarse y abordar aspectos tan importantes en el diagnóstico del cáncer de ovario como la sexualidad. En este sentido, Fátima Castaño ha recordado que “el psicooncólogo es el profesional encargado de facilitar la adaptación emocional de las pacientes ante la llegada del diagnóstico y el inicio de los tratamientos. Somos los profesionales que ofreceremos soporte para favorecer el mayor bienestar emocional y el afrontamiento de la enfermedad. El cáncer ginecológico trae consigo numerosos cambios en el presente y en las perspectivas de futuro de las pacientes, entre ellas, muchas que tienen que ver con las perspectivas de maternidad. Nuestro trabajo es facilitar que tanto ellas como sus familiares se enfrenten a estos cambios y decisiones con recursos y la mayor fortaleza psicológica posible”.

En este sentido, María Luque ha concluido con un mensaje de optimismo: “A las pacientes en mi situación les diría que cada día hay más esperanza, desde que me lo diagnosticaron han surgido una gran variedad de fármacos y la aplicación de la medicina especializada es una gran puerta a la curación. Hay que contar con la ayuda de profesionales que nos orienten en cómo afrontar nuestros miedos y angustias y que ayuden también a nuestros familiares. Es muy importante mantener un estado de ánimo fuerte, aunque nadie dice que seamos heroínas”.

“Somos una compañía global guiada por la ciencia y comprometida a ayudar a las personas con cáncer para que puedan hacer más, sentirse mejor y vivir más tiempo. De hecho, nos tomamos la oncología como algo personal y contar con este punto de encuentro para escuchar en primera persona los anhelos y reivindicaciones de pacientes como Irene o María nos ayuda a seguir mejorando en nuestro compromiso por avanzar con ellas”, ha señalado para concluir Esteban Palomo, Director de Patient Advocacy de GSK.

Los próximos encuentros ‘Closer meetings’ estarán dedicados, entre otros temas, al cáncer en mayores de 65 años, el hábito tabáquico, el reto de la prevención o la salud mental después del diagnóstico.

Referencias