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Un buen estado físico es fundamental para mitigar las consecuencias de la COVID-19

VADEMECUM - 08/09/2020  COVID19

Es importante que el ejercicio se convierta en un hábito en nuestra vida.

Por lo que ya se conoce de la COVID-19 se puede afirmar que no tiene las mismas consecuencias para todo el mundo. Depende de muchos factores, estado de salud, edad… “Es por esto que, ante la incertidumbre de cómo van a afectarnos ésta y otras enfermedades, es de obligación para todas aquellas personas preocupadas por su salud, que mantengamos en la medida de lo posible ciertos hábitos sencillos que desde la fisioterapia se recomiendan”, aconseja Ricardo Blanco, profesor de Fisioterapia de la Escuela de Enfermería y Fisioterapia “San Juan de Dios”-Comillas.

“Por descontado -añade- todo lo relacionado al tabaquismo, la hipertensión, diabetes etc, ha de seguir un adecuado tratamiento médico. Pero un buen estado de forma física músculo esquelética, así como de función cardiorrespiratoria, es imprescindible para mitigar los efectos de la COVID19. Es en esta “parcela” donde los fisioterapeutas somos de gran ayuda para la población”.

En general, los fisioterapeutas distinguen entre un amplio grupo poblacional que se preocupa por ejercitarse de forma regular y que demandan sus servicios por lesiones de sobrecarga y otro grupo de personas que no insisten de forma adecuada en hacer de la gimnasia o del ejercicio un hábito y, por lo tanto, están expuestos a sufrir la enfermedad desde un punto de partida desventajoso. “Nosotros, con nuestros tratamientos, podemos siempre impulsar la salud de las personas, pero muchas de ellas se niegan a ser partícipes de forma activa de los mismos”, advierte el director del Máster en Fisioterapia Deportiva y Biomecánica de la EUEF “San Juan de Dios”-Comillas.

Ejercicio como hábito

Tras el confinamiento (y durante el mismo) muchas de estas personas iniciaron diferentes formas rutinas de ejercicios y estuvieron muy motivadas pues la alarma social y los factores psicológicos les empujaron a ello. Pero lo habitual es que las personas abandonen pronto lo que empezaba a ser un hábito saludable.

Para el experto ésta es la palabra clave: hábito. “Nuestro organismo necesita recibir un estímulo permanente para progresar. Si tomamos consciencia de ello desde la fisioterapia podemos proponer diferentes niveles de ejercicios, no extenuantes, enfocados a mitigar las consecuencias del COVID19, adaptados a cada perfil de edad y capacidades. Pero sin la conversión de nuestras propuestas en un hábito, los beneficios no se obtienen”.

Por lo tanto, su primera propuesta es “hagas mucho o hagas poco hazlo un hábito. La progresión vendrá por sí misma, confía en tu naturaleza”.

Ejercicios recomendados

La fisioterapia es una profesión sanitaria que pretende, utilizando un amplio arsenal terapéutico, ayudar en prácticamente todas y cada una de las especialidades médicas a devolver el estado de salud, completando todo tipo de tratamientos médicos y cuidados de enfermería.

En el caso de la COVID19, la pérdida de elasticidad del tejido que cubre los pulmones (parénquima), que dificulta una óptima función respiratoria (y cardíaca), la pérdida de tono y masa muscular, la rigidez por inmovilización prolongada de todas las articulaciones corporales, y como consecuencia de lo anterior, una mala circulación periférica, indispensable para mitigar los efectos sobre la coagulación sanguínea, van a ser objetivos fundamentales del tratamiento por parte de los fisioterapeutas.

Pero, tan importante como la ayuda de un profesional, lo es que, independientemente de la edad, se haga ejercicio a diario. El experto recomienda que las personas mayores de edad, independientes, deben perder el miedo a tumbarse en el suelo y hacer diferentes ejercicios de piernas, o levantando sutilmente “el trasero” protegiendo siempre su espalda, apoyando al menos uno de los dos pies en el suelo tumbados boca arriba. Tumbados de lado y con una almohada o cojín para apoyar la cabeza, levantamientos de la pierna que queda arriba con la rodilla estirada. La pierna de abajo quedaría apoyada con la rodilla doblada para no perder el equilibrio.

Sentados en una silla (sin apoyabrazos), inspirar a la vez que levantamos las manos hacia el techo, y expirar bajando los brazos lentamente. Mover los pies estando sentados y con ellos apoyados en el suelo (como si quisiéramos ponernos de puntillas) para después apoyando el talón levantar la punta de los dedos). La idea es “bombear sangre de retorno de las piernas hacia arriba”.

También hay que mantenerse hidratados estando pendientes de beber intermitentemente agua durante todo el día (sobre todo beber sin sed) y usando un molino de juguete o un globo para soplar y así ejercitar nuestra musculatura respiratoria.

Una vez de pie, apoyando una mano en la mesa del comedor, estando a la “pata coja” y mover la pierna que queda en el aire muy lentamente hacia delante y hacia detrás, hacia derecha e izquierda teniendo siempre cuidado de no perder el equilibrio.

Siguiendo de pie, apoyar la espalda en una pared y meter tripa durante unos segundos. Repetir. De cara a la pared empujar la misma como si quisiéramos moverla durante unos segundos. Repitetir.

Con un pariente se puede jugar con un globo hinchado y hacer una especie de partido de tenis, sentados en sillas para no caernos, o si nuestro estado lo permite sin riesgo de caernos lo haremos de pie. Podemos hacer lo mismo pasándonos una pelota de tenis usando alternativamente mano derecha y mano izquierda.

Menos es más

Durante la realización de estos ejercicios, Ricardo Blanco advierte de que “ninguno de estos ejercicios ha de provocarnos dolor, mareo , falta de aire, si es así no hay que hacerlo”. “Menos es más -asegura-. No se trata de hacer cada día más sino de hacerlo cada día, o como mínimo tres veces a la semana. Reserva en tu horario 40 minutos por sesión”.

Las personas más jóvenes y sedentarias pensarán que este tipo de ejercicios es poco para ellos, sólo tienen que aumentar las repeticiones y hacerlo un hábito lo mismo se sorprenden fatigándose y ejercitándose más de lo que pensaban.

No podemos acabar estas recomendaciones sin resaltar que lo ideal, y lo recomendable es que un fisioterapeuta ayude a limitar o aumentar, añadir o quitar ejercicios adaptándolos a una progresión adecuada para cada persona. En ocasiones, una única consulta o varias consultas separadas en el tiempo para revisar estas “tablas de ejercicios” sería suficiente y poco costoso. “Pero, de nuevo, permítanme insistir: No se progresa si no hacemos de ello un hábito”.

 

 

Fuente: Hospital San Juan de Dios

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