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Los laboratorios clínicos españoles afrontan una rápida transformación para enfrentarse al COVID-19
VADEMECUM - 24/04/2020 COVID19La gran mayoría de las decisiones clínicas que afectan a los pacientes de esta enfermedad están apoyadas en el laboratorio clínico. Los profesionales especializados en análisis clínicos han tenido que vivir una rápida adaptación en pocas semanas. Pese a la merma que han venido sufriendo los laboratorios españoles en recursos humanos y materiales, estos han mostrado una notable resiliencia.
La actual pandemia del nuevo coronavirus SARS2-CoV constituye una urgencia de salud pública de importancia internacional. Los profesionales de la Medicina de Laboratorio no han sido ajenos a todo lo que está ocurriendo en hospitales y centros sanitarios y, además de vivir la situación con gran preocupación y responsabilidad, han sido, desde el primer momento, una piedra angular en la correcta organización de la asistencia. Desde el diagnóstico de la infección mediante la detección del virus en muestras de vías respiratorias hasta las pruebas necesarias para el correcto seguimiento, pronóstico y ayuda en la toma de decisiones terapéuticas o la detección del estado de inmunización de los pacientes, el laboratorio clínico está siendo una pieza clave en el complicado puzle de esta nueva situación. Si habitualmente la proporción de decisiones clínicas que están basadas en información procedente del laboratorio clínico es de dos tercios, el porcentaje se eleva por encima de esa cifra en el caso de los pacientes con COVID-19, según explica el Dr. Antonio Buño, jefe del Servicio de Análisis Clínicos del Hospital La Paz y vicepresidente de la SEQCML. “La situación ha puesto a prueba la resiliencia de los profesionales del laboratorio clínico, su capacidad de adaptarse rápidamente a las nuevas demandas y circunstancias. Hemos tenido que reestructurar nuestros espacios, nuestras plantillas, nuestros recursos y nuestra actividad, todo ello en un corto espacio de tiempo”, explica el Dr. Buño, quien añade que todo esto se ha vivido en un contexto en el que los laboratorios han sufrido “una merma paulatina de sus recursos humanos y materiales” a lo largo de las últimas décadas. Pese a esto y a la consecuente concentración de laboratorios (menos laboratorios tienen que hacer frente a un mayor número de pruebas), el doctor considera que la Medicina de Laboratorio “ha estado a la altura de las circunstancias”, fundamentalmente “por la capacidad de adaptación tan rápida y la flexibilidad que han tenido sus profesionales”. Entre las razones de la “resiliencia” de los laboratorios españoles pese a la complejidad de la situación actual, el experto destaca el aprendizaje obtenido en situaciones previas que, aunque a una menor escala, compartían elementos comunes con la presente crisis. “En este siglo ya hemos asistido a distintos brotes o pandemias de enfermedades causadas por virus que han supuesto un importante reto a nivel mundial, como ocurrió con el SARS en el año 2002; la gripe A (H1N1) en 2009, el MERS en 2012 o los recientes brotes por el virus del Ébola o virus del Zika en 2014. En alguna medida, estos brotes nos han ido preparando y en algunos hospitales motivaron la protocolización de la atención a pacientes con enfermedades de alta letalidad que en cierto modo ha sido aprovechado ahora en esta pandemia”, indica el Dr. Buño. Mayor carga de trabajo En relación con la situación actual, son las áreas de laboratorio relacionadas con la urgencia médica las que han visto aumentada la carga de trabajo de manera más notable, según explica el Dr. Álvaro González, jefe de Servicio de Bioquímica Clínica de la Clínica Universidad de Navarra y miembro de la junta directiva de la SEQCML. “Entre algunos ejemplos podemos mencionar la necesidad de poner a punto nuevas pruebas diagnósticas, como la ferritina en áreas de urgencias o la interleucina 6 para la correcta indicación del tratamiento”, señala. El Dr. González indica también que los profesionales de los laboratorios clínicos han tenido que aprender a interpretar los resultados de ciertas magnitudes en un nuevo contexto clínico como las pruebas de coagulación, con especial mención al d-dímero, o a elaborar perfiles que ayuden a estratificar a los pacientes explorando biomarcadores de función hepática, lesión miocárdica, inflamación o infección, entre otros. “Tampoco hemos de olvidar el papel fundamental que ha jugado el point-of-care-testing, en especial los analizadores de gasometría en los lugares de atención a los pacientes, tan necesarios en enfermos con patologías respiratorias”, añade el Dr. González. Aprendizaje de cara al futuro Respecto a las lecciones que, de cara al futuro, pueden extraerse de la situación actual, el Dr. Buño no quiere hacer predicciones, aunque sí matiza que si en lo que va de siglo llevamos ya varios brotes epidémicos, algunos por virus muy semejantes al actual, “parece razonable pensar que habrá más”. “Lo que sí que tenemos es la obligación moral de aprender de nuestros errores, que seguro los habrá habido, tanto a nivel de organizaciones internacionales, país, hospital o servicio, como a nivel personal”, considera el vicepresidente de la SEQCML, quien apunta que los profesionales de los laboratorios deben saber reflexionar “para ver lo que hicimos bien y en qué áreas pudimos haberlo hecho mejor”. Retos afrontados por el laboratorio clínico ante el COVID-19 El Dr. Antonio Buño destaca que el laboratorio clínico ha sabido responder con gran celeridad a los desafíos que ha impuesto la pandemia de COVID-19 sobre su funcionamiento. Entre otros aspectos que el doctor ha destacado por haber sido asumidos en pocas semanas destacan los siguientes:
Fuente: Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEQCML) |
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