Con auténtico estupor hemos leído los pacientes que utilizamos la homeopatía la noticia de que una asociación de consumidores considera “aberrante” que los medicamentos homeopáticos reciban oficialmente esta consideración.

Los pacientes que llevamos décadas tratando nuestra salud con éxito con los medicamentos homeopáticos ya empezamos a estar acostumbrados, por desgracia, a soportar campañas de descalificación y de falta de respeto por parte de medios, ciertas instituciones y algunos particulares cuyo evidente interés en limitar los derechos de los pacientes los sitúa, de entrada, en una categoría donde cualquiera de sus afirmaciones debe ser tomada con enorme reserva. Pero... ¿una asociación de consumidores? ¿De qué nos quiere proteger esta asociación de consumidores? ¿De nuestros médicos homeópatas, que son tan médicos como cualquier otro profesional no homeópata? ¿Del acierto con el que gestionamos nuestra salud y la de nuestras familias repetidamente y a lo largo de un sinnúmero de años? ¿De la inexistencia de efectos secundarios que lleven a lamentar el haberse inclinado por un medicamento que ha producido más perjuicios que beneficios? ¿Del reconocimiento que recibe la homeopatía en la mayoría de países europeos cuyo modelo sanitario público la incluye sin ningún problema?

La tomadura de pelo no es que se regulen los medicamentos homeopáticos en sintonía con Europa, sino que unas personas que no tienen ni la menor idea del funcionamiento de la homeopatía, de la magnitud de su implantación en el mundo y de los millones de personas que se benefician de ella, se atribuyan la tarea de intentar desprestigiarla, vistiendo, encima, la usual sarta de falsedades (como la inexistencia de estudios científicos que avalen la validez de los medicamentos homeopáticos) de lucha por la protección de los derechos del consumidor.

A lo que el consumidor tiene derecho -en este caso el paciente- es a gestionar libremente su salud y a acceder sin trabas y con garantías a unos medicamentos que cada día demuestran su eficacia. Entre los derechos del paciente, figura en lugar destacado el de decidir por sí mismo el nivel de satisfacción con los cuidados sanitarios que recibe. Si el nivel de satisfacción de los pacientes de la homeopatía es muy alto, ¿alguien puede entender, sin apelar a la existencia de intereses espurios, que esta realidad moleste a una asociación de consumidores?

Fuente: Coordinadora Estatal de Asociaciones de Pacientes de la Homeopatía