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"Hay que hablar de la depresión con normalidad y no ocultarla como si fuera un secreto"

VADEMECUM - 05/04/2017  PATOLOGÍAS

En el marco del Día Mundial de la Salud 2017, dedicado a la depresión, han asegurado pacientes y psiquiatras

La estigmatización de la depresión sigue siendo un obstáculo para que las personas de todo el mundo pidan ayuda. Para combatir esta realidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha decidido dedicar el Día Mundial de la Salud de 2017, que se celebra el 7 de abril, a la depresión, una enfermedad mental que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo (2,4 millones en España) y que va en aumento4.

Bajo el lema ‘Hablemos de la depresión’, el objetivo de la OMS es acabar con esta estigmatización y conseguir que el público en general esté mejor informado sobre esta enfermedad mental, sus causas y posibles consecuencias, que pueden llevar incluso al suicidio4, y sobre la ayuda disponible para la prevención y tratamiento. “Es necesario normalizarla. Muchos la ocultan, la mantienen en secreto, pero ello no contribuye a curarla antes”, se lamenta José Ramón Pagés, coordinador de la Asociación Nacional de Ayuda al Enfermo de Depresión (ANAED).

La salud mental, en la que se incluye la depresión, es una parcela infra desarrollada de la salud en todos los países, también en Europa, donde sigue siendo una asignatura pendiente”, denuncia el Prof. Julio Bobes, Presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP). “Ha pasado de ser una especialidad anecdótica a ser una más, sobre todo debido al elevado grado de discapacidad y de desgaste que conllevan las enfermedades mentales más prevalentes. La OMS pretende equilibrar la actual situación de agravio de dotación de recursos y de insuficiencia de fondos”, explica el Prof. Bobes.

Se estima que entre el 30 y el 50% de los pacientes con depresión no están diagnosticados3 y a pesar de la existencia de tratamientos eficaces, más de la mitad no los recibe3. De extenderse el diagnóstico y el tratamiento de la depresión, se podrían evitar hasta el 70% de los suicidios, según José Ramón Pagés.

El 50% de los pacientes no se consideran a sí mismos recuperados

Recuperar completamente al paciente es una de los grandes retos actuales en la depresión. Desde el punto de vista afectivo y somático, “los tratamientos antidepresivos consiguen mejorar el comportamiento de los pacientes, que vuelven a estar activos, más animados, recuperan el apetito, la sexualidad y el sueño”, explica el Presidente de la SEP. Además, actualmente también existen fármacos que logran que el paciente recupere su capacidad cognitiva y ejecutiva.

Alrededor del 50% de los pacientes con depresión en remisión no se consideran a sí mismos recuperados1 y más del 70% siguen presentando síntomas cognitivos2, uno de los problemas residuales más prevalentes en esta enfermedad, asociados a una mala evolución a largo plazo. Entre ellos se encuentran la dificultad de concentración, olvidos frecuentes, indecisión con dificultad para tomar decisiones y priorizar, y procesamiento retardado (habla y respuestas lentas). “Ahora nuestras necesidades están centradas en el entorno intelectual. Necesitamos buenos fármacos con capacidad para mejorar el sistema cognitivo y de ejecución. Es preciso

investigar para mejorar la capacidad cognitiva, es decir, encontrar fármacos pro cognitivos”, declara el Prof. Bobes.

La recuperación funcional es necesaria en todos los ámbitos de la vida: entorno social, afectivo, profesional/académico, pero la existencia de síntomas depresivos residuales se relaciona significativamente con un elevado riesgo de recaída tras el tratamiento. “En la depresión no hay un antes y un después. La recuperación es un proceso largo y siempre queda una huella que hace que seas mucho más sensible y vulnerable a una recaída. Es comparable a cuando te rompes un hueso, siempre hay algo que te recuerda que el hueso puede volver a romperse de nuevo”, explica el coordinador de ANAED.

‘Las caras ocultas de la depresión’

La depresión no es sólo un trastorno del estado de ánimo. Es una enfermedad mental compleja, multidimensional y heterogénea, con una extensa variedad de síntomas, tanto afectivos (tristeza, ansiedad, irritabilidad, bajo estado de ánimo, desesperanza…) como cognitivos (dificultades de atención y concentración, de memoria, de toma de decisiones y planificación, etc.) y somáticos (fatiga, cambios en el apetito y peso, alteraciones del sueño, cefalea, problemas estomacales…).

En relación al gran reto de la depresión sobre la recuperación funcional y cognitiva, Lundbeck ha elaborado un vídeo sobre ‘Las caras ocultas de la depresión’ con motivo del Día Mundial de la Salud. El audiovisual, por distintas sociedades médicas y de pacientes, aborda síntomas como la lentitud de pensamiento, la dificultad para recordar o planear, la indecisión y la falta de concentración. Todos estos síntomas cognitivos incapacitan a la persona con depresión a llevar una vida normal.

Un diagnóstico a tiempo y un buen tratamiento de esta enfermedad pueden ser la solución para recuperar tu vida y volver a estar al 100%”, concluye el vídeo de Lundbeck.

Para visionar el video ‘Las caras ocultas de la depresión’ pulse aquí.

Una enfermedad con un elevado coste personal y sanitario

La depresión provoca angustia mental y puede afectar a la capacidad de las personas para llevar a cabo incluso las tareas cotidianas más simples, lo que tiene en ocasiones efectos nefastos sobre las relaciones con los familiares y amigos y sobre la capacidad de ganarse la vida, llevando incluso al suicidio. La OMS afirma que la depresión es la principal causa mundial de discapacidad y que contribuye de forma muy importante a la carga mundial general de morbilidad.

Hay distintos grados, pero cuando una depresión es mayor, te llega a incapacitar de tal manera que no eres capaz de vestirte ni de comer. No eres capaz de concentrarte. Es una enfermedad tan inexplicable que, en más de una familia, puede provocar casos de divorcio y depresión. Si esta enfermedad se conociera mejor, no provocaría tantas catástrofes”, afirma José Ramón Pagés.

Una mayor prevención y la introducción de mejoras en el tratamiento reducirían el elevado coste personal de la enfermedad así como el elevado coste económico que supone para el sistema sanitario y laboral. “Desde un punto de vista cuantitativo, no hay más que ver cuántas personas son incapacitadas permanentes totales y /o absolutas después de un trastorno depresivo mayor, las cifras son muy notables. Las bajas laborales tienen un coste importantísimo para la economía”, advierte el Prof. Bobes.

REFERENCIAS

1. Zimmerman M, Martinez J, Attiullah N, et al. Why do some depressed outpatients who are in remission according to the Hamilton Depression Rating Scale not consider themselves to be in remission? J Clin Psychiatry. 2012;73(6):790-5.

2. McClintock SM, et al. J Clin Psychopharmacol. 2011;31(2):180-6

3. Cleare A, et al.J Psychopharmacol. 215;29(5):459-525

4. Organización Mundial de la Salud. Disponible en http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs369/es/

 

Fuente: Lundbeck

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