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La nueva generación de válvulas aórticas percutáneas permitirá dar solución a más pacientes

VADEMECUM - 25/11/2014  TERAPIAS

Esta es la principal conclusión que se desprende de los tres artículos que acaban de publicarse en "Revista Española de Cardiología (REC)"

Un artículo publicado recientemente en Revista Española de Cardiología (REC) pone de manifiesto que más pacientes con estenosis aórtica grave podrían beneficiarse de la técnica percutánea del reemplazo valvular aórtico transcatéter (TAVI), gracias a una nueva generación de válvulas aórticas que han demostrado ser más seguras y más eficientes que los modelos anteriores.

Estas son las conclusiones que se desprenden de tres nuevos estudios que han analizado la experiencia inicial con los últimos tres nuevos diseños de válvulas aórticas percutáneas: la Sapien 3, la Lotus y la DirectFlow.

La TAVI es actualmente el tratamiento de elección para aquellos pacientes con estenosis aórtica grave y sintomática que bien son directamente inoperables o tienen un muy alto riesgo quirúrgico. Aunque hasta ahora esta técnica percutánea ha demostrado tener muy buenos resultados y salvar la vida de muchos pacientes, es verdad que aún presenta alguna complicación como la insuficiencia aórtica perivalvular (6%), que ocurre cuando la válvula no logra cerrarse de forma hermética y hay fugas de sangre, o el accidente cerebrovascular –ictus- (3%).

Para minimizar estos problemas, se han mejorado técnicamente estos dispositivos y ahora la técnica de la TAVI en un procedimiento mucho más eficiente y seguro. En este sentido, el Dr. Manuel Pan Álvarez-Osorio, jefe de la Sección de Cardiología del Hospital Reina Sofía de Córdoba y uno de los primeros firmantes del estudio, especifica que, “ahora disponemos de dispositivos que tienen un introductor (≤6mm.) que nos permite ampliar el abanico de pacientes y tratar a aquellos que tengan arterias femorales más pequeñas; también se ha mejorado la fijación de la estructura de la válvula a las paredes del anillo valvular, de modo que se evitarán un mayor número de regurgitaciones paravalvulares, que es una de las mayores complicaciones de la TAVI; y, además, ahora estos dispositivos son fácilmente reposicionables y recapturables, lo que nos permite una perfecta implantación de la válvula y un mayor éxito del procedimiento”.

“Además, se han desarrollado también distintos tamaños de prótesis, para que de esta forma puedan adaptarse mejor a los distintos tamaños de anillos valvulares. También se han diseñado accesorios específicos para esta técnica (introductores, guías y dispositivos de cierre femoral)”, matiza el Dr. Manuel Pan; quien añade que, “aún así, un aspecto importante que todavía hay que comprobar es si la durabilidad de estas válvulas percutáneas podría ser equivalente a la durabilidad de las válvulas quirúrgicas”.

La Sapien 3, por ejemplo, dispone de unos sistemas de liberación de 14 French (Fr) para válvulas de 23 y 26mm y de 16Fr para válvulas de 29mm. “Se trata de la máxima reducción del sistema de liberación logrado hasta la fecha, que sería el sistema de elección para pacientes con femorales de diámetro reducido”, subraya el Dr. Manuel Pan. Esta válvula también incorpora faldones interno y externo ideados para minimizar las fugas perivalvulares residuales que, como hemos dicho antes, es una de las complicaciones más recurrentes. Además, tiene un sistema de liberación que permite la doble articulación y que mejora el control en el posicionamiento de la válvula, lo que sería una ventaja para los pacientes que tienen aortas distorsionadas.

La Lotus, por su lado, es una válvula de pericardio bovino incorporada en una endoprótesis de nitinol, precargada y diseñada para facilitar una liberación más precisa, con la posibilidad de resposicionamiento y de recuperación tras el implante. Además, posee un novedoso sistema de sellado que consigue adaptar perfectamente el dispositivo al anillo valvular, lo que permite minimizar el riesgo de insuficiencia aórtica paravalvular.

Y por último tenemos la válvula DirectFlow, que difiere de las dos anteriores en que no tiene elementos metálicos y su estructura está formada por un sistema de vasos comunicantes que, al llenarse de líquido, configura dos anillos unidos por un armazón de poliéster. Su sistema de liberación está constituido por tres cables que se anclan al anillo inferior y permiten el llenado de los anillos y el posicionamiento y liberación de la válvula.

Los resultados de los tres trabajos realizados con cada una de las tres tipologías de válvulas han resultado favorables, ya que estas nuevas prótesis presentan claras ventajas adicionales con respecto a las válvulas anteriores. “La disminución del calibre del sistema de liberación que permite ampliar el número de pacientes en que es posible el abordaje transfemoral; la reducción de la insuficiencia aórtica periprotésica residual, y el hecho de que sean reposicionables o recapturables, confieren las tres ventajas más destacadas de estos nuevos dispositivos”, especifica el Dr. Manuel Pan; quien añade que, “lo que se deduce de estos datos tan buenos es que, probablemente, esta última generación de válvulas aórticas percutáneas permitirán ampliar el espectro de pacientes candidatos a recibir la TAVI, ya que se está demostrando que ahora más pacientes podrían beneficiarse de este abordaje terapéutico, que progresivamente se consolida como clara alternativa a la sustitución valvular mediante cirugía”.

Aun así, el cardiólogo remarca que “hacen falta nuevos estudios comparativos a largo plazo entre el procedimiento percutáneo versus la cirugía, que demuestren la eficacia de la técnica y durabilidad de estas válvulas también en enfermos de menor riesgo, y que, además, también demuestren que, efectivamente, los resultados son mejores con la técnica percutánea que con el procedimiento convencional”.

El reemplazo valvular aórtico transcatéter (TAVI) y la estenosis aórtica

La TAVI se implanta a los pacientes que padecen estenosis aórtica severa y que no pueden ser intervenidos mediante la cirugía convencional por ser considerados de alto riesgo o, directamente, inoperables.

La estenosis aórtica es la enfermedad de válvula aórtica más común en los países desarrollados y afecta a cerca del 5,5% de las personas mayores de 75 años, según la Sección de Hemodinámica y Cardiología intervencionista de la SEC. Se trata de una valvulopatía que se caracteriza por un estrechamiento anormal del orificio de la válvula aórtica del corazón, lo que dificulta la circulación de la sangre del corazón hacia la aorta, pudiendo dar lugar a síntomas graves de angina de pecho, arritmia, insuficiencia cardiaca, hipertrofia o incluso un infarto.

Ante esta situación, se hace necesario realizar un reemplazo quirúrgico de la válvula aórtica a corazón abierto, ya que, si no se realiza la intervención, la supervivencia de los pacientes tras tres años del diagnóstico de la enfermedad es menor al 30%.

 

Fuente: apple tree communications

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