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Las gafas de sol ayudan a prevenir enfermedades como conjuntivitis, cataratas, queratitis o cánceres de córnea

VADEMECUM - 16/07/2013  INDUSTRIA MÉDICA

Bausch+Lomb alerta de que utilizar gafas no homologadas perjudica nuestra la salud ocular

Con la llegada del verano comienzan ciertas actividades lúdicas en las que las personas se exponen durante largas horas a los rayos ultravioletas del sol como, por ejemplo, el tumbarse en la playa o los paseos por la montaña. En esta estación es importante protegernos para cuidar nuestra salud ocular porque los rayos solares pueden derivar en enfermedades como la conjuntivitis, la queratitis e, incluso, cataratas, cánceres de córnea o degeneración  macular.

Bausch+Lomb, empresa líder en oftalmología, recomienda que las gafas de sol sean utilizadas en todas las franjas de edad, incluso entre los ancianos y los niños, y que estén debidamente homologadas, ya que unos lentes de mala calidad pueden perjudicar también nuestra vista. Dependiendo del cristal, dejan pasar menor o mayor cantidad de rayos ultravioletas y, por eso, es recomendable utilizar gafas que liberen lo máximo posible nuestros ojos de la exposición del sol. En este sentido, es aconsejable que los lentes tengan un índice de absorción de rayos ultravioletas del 15% al 35%.

Existen cuatro estándares de gafas, según el color y la protección del lente. El nivel 1 es una lente clara que se debe utilizar en ámbito urbano y con tiempo nublado. Cabe destacar que éstas apenas protegen, por lo que algunos expertos ni las catalogan como gafas de sol. El número 2, que también es insuficiente para protegernos del sol, tiene los cristales ligeramente tintados y se suele emplear con tiempos inestables. Las número 3 sí que nos protegen de los rayos ultravioletas, y se pueden utilizar tanto en la playa como en la montaña. Las lentes número 4 son muy oscuras y se usan en situaciones de sol intenso, y en todos los escenarios, incluso, en la nieve, pero con ellas está prohibido conducir.

El doctor José Manuel Benítez del Castillo, catedrático de Oftalmología de la Universidad Complutense de Madrid, destaca que sólo el 75% de los jóvenes utilizan gafas de sol y que, en la mayoría de los casos, no son homologadas.

“Los rayos del sol ultravioletas han demostrado que tienen un efecto acumulativo respecto a enfermedades que van aparecer de mayor, en la vejez, y hay que protegerse desde niño y desde joven”, señaló el especialista. Añadió que estas posibles enfermedades podrían ser: el cáncer de superficie ocular, tumores conjuntivales, las cataratas o la degeneración macular. Así pues, resaltó la importancia de proteger los ojos desde joven, y de concienciar a las personas de que “utilicen gafas de sol y no gafas de mercadillo, sino de óptica”.

En este sentido, Benítez del Castillo reiteró la importancia de usar gafas de sol homologadas. El especialista explicó que unas lentes inadecuadas “van a quitar la luminosidad y van hacer que estemos más cómodos en el sol, pero al no llevar protección ultravioleta, esos rayos ultravioletas, tanto A como B, van a penetrar en el interior del ojo y van a causar enfermedad. Es casi mejor no llevar gafas de sol, que llevar unas gafas de sol de mala calidad”.

Otro de los problemas que se da en verano es la irritación de los ojos por la exposición al cloro de las piscinas o de la sal del agua del mar, por eso Benítez del Castillo aconseja utilizar gafas de bucear. En el caso de irritación, ya sea por el cloro o los rayos del sol, se deben emplear lágrimas artificiales para aliviar el dolor.

Por otro lado, Benítez del Castillo apuntó que las personas que llevan lentillas deben de abstenerse de bañarse con ellas, porque corren “el riesgo de tener infecciones oculares graves, como queratitis por amebas, y éstas pueden terminar en ceguera”.

 

Fuente: Commo

 

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