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Lilly y la OMC editan la "Guía de Buena Práctica Clínica en Dolor Neuropático en el paciente diabético"

VADEMECUM - 29/01/2013  PUBLICACIONES

La Neuropatía Diabética, la complicación más frecuente de la diabetes, es una afectación del sistema nervioso que, en uno de cada tres casos, produce un dolor crónico de gran intensidad

“Hace treinta y un años que soy diabético y quince que sufro dolor por Neuropatía Diabética. Comencé a notar una especie de entumecimiento, que se conoce como parestesias, en las piernas. Era un hormigueo en las pantorrillas y en los pies, que se fue transformando en sensación de calambres y, más tarde, en dolor ante el más mínimo roce. Sólo el contacto con las sábanas me producía un dolor insoportable. Soy médico, así que mi diabetes combinada con este intenso dolor me hizo pensar que había desarrollado una Neuropatía Diabética. Acerté”.

De este modo, el Dr. Andrés Huete, médico del Dispositivo de Cuidados Críticos y Emergencias Sanitarias en Jaén, explica cómo le cambió la vida esta afección del sistema nervioso que sufre el 50% de los pacientes diabéticos y que provoca un dolor crónico de gran intensidad en uno de cada tres casos.

Si bien se trata de la complicación más frecuente de la diabetes y el paciente suele consultar con su médico por el fuerte dolor, el diagnóstico no es fácil. Se trata de una enfermedad que durante cierto tiempo pasa desapercibida, “en primer lugar, por ciertas barreras del sistema sanitario, como el tiempo de atención al paciente; la desinformación de algunos de mis colegas de profesión en esta área; así como la edad de los pacientes, que hace que se piense antes en problemas osteoarticulares relacionados con su edad que en una neuropatía”, enumera el Dr. Huete.

Precisamente, para facilitar la labor de los médicos de Atención Primaria y ayudar a diagnosticar esta complicación derivada de la diabetes, se ha editado la “Guía de Buena Práctica Clínica en Dolor Neuropático en el paciente diabético”, editada por la Organización Médica Colegial (OMC) y Lilly, y cuyos contenidos están avalados por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

Entre otras cosas, esta Guía ayuda a los profesionales sanitarios a detectar ciertos síntomas de alarma y a llevar a cabo una serie de pruebas que determinarán el diagnóstico: la entrevista clínica para conocer los antecedentes personales del paciente, así como las características de los síntomas referidos, etc; la exploración física, para buscar alteraciones sensoriales (test del filamento) y motoras; así como otras pruebas complementarias (analíticas, estudios de conducción nerviosa, etc.). Además de esta Guía, Lilly ha desarrollado un material formativo destinado al sector de la enfermería y otro educativo dirigido a pacientes.

Limitaciones que obligan a cambiar de vida

“Empecé a ver cómo la enfermedad limitaba mis actividades cotidianas. En esa época, yo daba paseos diarios, pero el dolor en los pies y en las piernas me obligaba a parar continuamente. Del mismo modo que tuve que renunciar a otra de las aficiones que compartía con mi pareja: los bailes de salón. En el plano profesional la enfermedad también me limitaba. Soy médico del Dispositivo de Urgencias y no poder realizar mi trabajo con normalidad, me desesperaba”, relata el Dr. Huete, un ejemplo de por qué la Neuropatía Diabética Dolorosa se asocia a una peor calidad de vida.

“Como médico, haber desarrollado un complicación como la Neuropatía Diabética Dolorosa fue desesperanzador. Aún así, por mi carácter, al principio intenté aceptarlo de forma positiva, pero con el tiempo se me hizo más difícil de superar”, recuerda el Dr. Huete. De hecho, no es fácil asumir las limitaciones en actividades cotidianas, de ahí que sea frecuente que estos pacientes también presenten depresión, ansiedad y alternaciones del sueño.

Enfoque multidisciplinar

La Neuropatía Diabética Periférica (NDP), sea o no dolorosa, no puede entenderse como algo aislado sino que requiere un enfoque integral y multidisciplinar, en cuanto a prevención (control de la hiperglucemia, monitorización de los factores de riesgo cardiovascular, evitar la aparición del pie diabético tomando ciertas medidas de higiene, y tratamiento de la comorbilidad asociada) así como en cuanto al tratamiento fisiopatológico y al alivio sintomático.

En este sentido, “el futuro es esperanzador, ya que los fármacos mejoran la calidad de los pacientes que sufrimos esta enfermedad”, explica el Dr. Huete refiriéndose a los tratamientos sintomáticos, como la duloxetina (antidepresivo), que reducen la intensidad del dolor.

 

Fuente: Ecofirma

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