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La UIMP analiza beneficios de las vacunas como la reducción del gasto sanitario, la prevención de casos de cáncer y la menor mortalidad

VADEMECUM - 17/07/2018  JORNADAS

La vacuna de la gripe en el embarazo se asocia con una reducción de los ingresos y la mortalidad por gripe en menores de dos meses

Más allá de su importante papel en la prevención de las enfermedades infecciosas, las vacunas tienen importantes beneficios colaterales a nivel sociosanitario en todas las etapas de la vida, desde la prevención de los casos de cáncer de cérvix hasta el ahorro para el sistema sanitario gracias a la reducción de complicaciones médicas, ingresos hospitalarios, bajas laborales o mortalidad.

Así se ha puesto de manifiesto en el ‘IV Encuentro de actualización y nuevas aproximaciones en vacunas. Las vacunas y sus beneficios colaterales’, organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Santander, con el patrocinio de GSK, y dirigido por el doctor Raúl Ortiz de Lejarazu, jefe del servicio de Microbiología e Inmunología del Hospital Clínico de Valladolid y director del Centro Nacional de la Gripe.

El doctor Ortiz de Lejarazu ha destacado en los dos días que ha durado el curso el importante papel de las vacunas como herramienta de innovación y prevención de enfermedades, así como sus amplios beneficios colaterales, “y a veces inesperados”, debido a la carga de enfermedad que evitan. “En la cuarta edición de estas jornadas hemos continuado impulsando el conocimiento sobre vacunación para profesionales y estudiantes, reforzando y actualizando conocimientos y sirviendo como foro de discusión e intercambio multidireccional y multidisciplinar”.

Gripe, meningitis, rotavirus y otros patógenos

En el caso de la gripe, por ejemplo, el coordinador del curso ha mencionado gastos directos como en consultas médicas en Atención Primaria y especializada y en hospitalizaciones como en indirectos como el absentismo laboral, horas perdidas en el propio hogar o en calidad de vida, que se evitan gracias a la vacunación debido a la amplia extensión del virus de la gripe entre la población. “Incluso con una efectividad inferior al 50%, esta vacuna anual ahorra gastos sanitarios y mejora la salud de la población”, ha subrayado.

Asimismo, el doctor Ortiz de Lejarazu ha destacado los “beneficios en la reducción de accidentes cerebrovasculares e infarto de miocardio tras una infección gripal, en la reducción de la discapacidad catastrófica que puede ocurrir hasta en un 10% de los ancianos tras padecer una gripe, y en la reducción de la infección, la hospitalización y la muerte por gripe en niños nacidos de madres vacunadas de gripe en el embarazo”.

Por su parte, el director del Centro Nacional de Microbiología, dependiente del Instituto de Salud Carlos III, el doctor Julio Vázquez,  ha abordado los beneficios de la vacunación antimeningocócica, algunos de ellos indirectos y todavía en estudio: “Uno de estos beneficios en estudio y de alguna forma inesperado, es la protección que podrían conferir estas vacunas frente la gonorrea, enfermedad producida por la bacteria Neisseria gonorrhoeae que comparte antígenos proteicos con el meningococo. Si bien esta potencial protección aún está en estudio, algunos trabajos apuntan hacia esta posibilidad. Si se confirmara, la elección de los adolescentes como grupo diana adicional a los lactantes, debería ser considerada”.

En el caso de la vacunación contra el meningococo B, el doctor Vázquez destaca que “estas vacunas tienen un claro y directo beneficio en la prevención y el control de una enfermedad de baja prevalencia pero de elevada morbimortalidad. Disponer de estas herramientas, tanto en calendarios nacionales de inmunización (si así lo deciden las autoridades sanitarias) como en vacunación individual, constituye un enorme avance con respecto a una situación anterior donde no contábamos con ningún producto eficaz”. De hecho ha recordado que la enfermedad invasiva por serogrupo B se asocia con una mortalidad de un 9-10% “que no es desdeñable” y entre aquellos que sobreviven, un porcentaje del 15-20% tendrá secuelas que irán de moderadas a severas en la mayoría de los casos.

El doctor Federico Martinón-Torres, jefe del Servicio de Pediatría y coordinador del centro colaborador de la OMS en seguridad vacunal de Santiago, ha abordado por su parte el papel concreto de la vacuna del rotavirus, el principal responsable de la gastroenteritis aguda en el niño. “Allí donde se usa la vacuna frente al rotavirus, desaparecen las formas moderadas y graves de enfermedad, es decir, dejan de ingresar los niños por gastroenteritis aguda. Esto es lo que ha acontecido en Estados Unidos, Australia, Reino Unido y los países más desarrollados de nuestro entorno, que incluyen la vacuna del rotavirus en su calendario sistemático. Pero también en países más desfavorecidos donde este germen mata un niño cada 50 segundos”.

Pero además, como ha recordado el doctor Martinón, “existen evidencias de que esta vacuna podría disminuir el riesgo de convulsiones en los niños vacunados, y así lo apuntan nuestras investigaciones en el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago y las realizadas por los Centros para el Control de las Enfermedades de EEUU (CDC por sus siglas en inglés) o el comité australiano, entre otros. Sin duda, un beneficio añadido esperado que incrementaría aún más las razones para incluir esta vacuna en los calendarios vacunales de todo el mundo”.

En esa misma línea de beneficios añadidos, el doctor José Antonio Taboada, jefe del Servicio de Enfermedades Transmisibles de la Consellería de Sanidad de la Xunta de Galicia, ha hecho repaso de los diez años de la implantación en el calendario de la vacuna bivalente del papilomavirus humano (VPH). “Ya en aquel momento nos planteamos su evaluación a largo plazo, y el análisis de una muestra de la población vacunada frente a la no vacunada nos ha demostrado una protección del 94% frente a los serotipos 16 y 18 del virus del papiloma incluidos en la vacuna –relacionados con el cáncer de cuello de útero-, pero además, hasta de un 83% frente a otros tres subtipos oncogénicos pero no incluidos en su composición, como son los serotipos 31, 33 y 45”, ha explicado este especialista.

“Ya en su momento teníamos indicios racionales para sospechar que la vacuna tenía protección cruzada, y esto tiene verdaderamente gran relevancia. Esperábamos una protección frente a todos los tipos oncogénicos del virus del papiloma de un 75% y los datos nos han demostrado que la efectividad de la vacuna supera esa cifra”, ha explicado en durante su participación en el encuentro en la UIMP. Según sus datos, en Galicia, la tasa de cobertura de esta vacuna ronda entre el 70% y el 80%.

Profesionales sanitarios, clave en la información a las familias

El doctor Martinón ha destacado además el papel del profesional sanitario como “vector clave” para transmitir información a las familias. Una idea en la que ha ahondado el doctor Roi Piñeiro, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital General de Villalba (Madrid), quien ha relatado su experiencia desde 2014 con una consulta específica de asesoramiento en vacunas dirigida a padres contrarios a la vacunación de sus hijos.

“En la actualidad hemos asesorado a 64 familias. Tras una o varias consultas, un 90% de estas familias ha decidido finalmente la administración de vacunas a sus hijos. De este 90%, un 40% decidió administrar todas las vacunas y un 60% solo algunas. Las vacunas que causan mayor reticencia por parte de los padres son la triple vírica (probablemente por la relación fraudulenta con el desarrollo de autismo planteada por Andrew Wakefield a finales de los 90) y la vacuna frente al virus del papiloma humano, a pesar de que se han administrado más de cinco millones de dosis en todo el mundo sin que se hayan registrado efectos secundarios graves comprobados”.

El doctor Piñeiro ha destacado en Santander que “estos resultados son muy satisfactorios y suponen un impulso para continuar con el desarrollo de la consulta, así como animar a otros pediatras a desarrollar consultas específicas similares en otras regiones de nuestro país. Uno de los lemas de mi consulta es ‘mejor una vacuna que ninguna’”. A su juicio, la labor de los profesionales sanitarios es fundamental, “precisamente por el exceso de información que existe en la actualidad. Los profesionales deben ser proactivos a la hora de recomendar las vacunas, tanto en la propia consulta como en el mundo 2.0: Internet y redes sociales. Además, deben informar de los beneficios y posibles efectos secundarios, y respetar la opinión de todos aquellos que hayan decidido no vacunar a sus hijos. Solo a través del respeto, la empatía y la transmisión de buena información podemos convencer a los padres”, ha concluido.

 


En la foto de grupo, de izquierda a derecha: el Dr. Ramón Cisterna, jefe de Servicio de Microbiología del Hospital Universitario de Basurto; José Antonio Taboada, jefe del Servicio de Enfermedades Transmisibles de la Consellería de Sanidad de la Xunta de Galicia; el Dr. Raúl Ortiz de Lejarazu, jefe de Servicio de Microbiología e Inmunología del Hospital Clínico de Valladolid; el Dr. Federico Martinón-Torres, jefe del Servicio de Pediatría y coordinador del centro colaborador de la OMS en seguridad vacunal de Santiago; y el Dr. Julio Vázquez, director del Centro Nacional de Microbiología, del Instituto de Salud Carlos III

Fuente: Berbés Asociados

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