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La tasa de desfibriladores automáticos implantables aumenta en Europa mientras desciende en España

VADEMECUM - 19/04/2013  ASOCIACIONES MÉDICAS

Así lo demuestra el último Registro Español de Desfibrilador Automático Implantable (DAI) a partir del cual sabemos que durante 2012 se implantaron un total de 4.216 DAI, casi un 2% menos que los registrados en 2011 y un 5% menos que en 2010

Según los resultados que se desprenden del último Registro Español de Desfibrilador Automático Implantable (DAI) que se presenta con motivo de la XXII Reunión de la Sección de Electrofisiología y Arritmias de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), durante el año 2012 se implantaron en España 4.216 implantes, casi un 2% menos que el año anterior y un 5% menos que en 2010, lo que evidencia un estancamiento en el implante de estos dispositivos. Esta cifra aumenta según el registro de la industria farmacéutica europea, Eucomed, que eleva el número de implantes de 2012 a 5.215.

El Registro Español de Desfibrilador Automático Implantable es el mayor estudio español que se efectúa en esta materia, ya que recoge el 80,5% de la actividad que se realiza en España. Los datos son aportados por 150 hospitales españoles, 17 centros menos que el año pasado debido a las fusiones hospitalarias que se están llevando a cabo en el marco de la reforma sanitaria actual.

En estos momentos España es el último país europeo en la lista de implantes de desfibriladores automáticos. Mientras que en 2012 el promedio europeo por millón de habitantes sigue creciendo hasta llegar a los 220 implantes, en España esta cifra se reduce a la mitad con 110 implantes por cada millón de habitantes”, señala el Dr. Francisco Javier Alzueta, director de la Unidad de Arritmias del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga, responsable del registro de Desfibrilador Implantable de la Sección de Electrofisiología y Arritmias de la SEC. Y añade, en líneas generales, este último año, Europa ha experimentado un progresivo y ligero aumento del 3-4% mientras que en España llevamos tres años de estancamiento.”

En referencia a las posibles causas de esta progresiva reducción, el experto señala que, “la actual crisis económica podría ser un factor, pero no es el principal, ya que como vemos en el análisis, las comunidades autónomas con menor número de implantes -Andalucía, Murcia, Islas Baleares, País Vasco y Cataluña- no corresponden con las que menor renta tienen. Asimismo, las CCAA que registran un mayor número de este tipo de intervenciones son Cantabria, Castilla y León, Extremadura y Madrid. Existen diversos factores adicionales, como la organización sanitaria de cada lugar u otros factores psicológicos y sociales, que banalizan el concepto de la “muerte súbita” (tanto por parte de la sociedad como por parte, también, de los profesionales sanitarios). Todo ello dificulta el reconocimiento y la identificación de estos pacientes asintomáticos”.

A través de los datos proporcionados por el registro, sabemos que en un 70% de las intervenciones se implantan desfibriladores monocamerales o bicamerales y que en un 30% de los casos se instala un desfibrilador tricameral (o resincronizador).

Los desfibriladores monocamerales (tasa de implantación del 51%) son aquellos que solamente tienen un cable en el ventrículo derecho y actúan sobre las arritmias ventriculares, evitando así que se devenga la muerte súbita. Los bicamerales (tasa del 18,5%) tienen dos cables -uno en la aurícula y otro en el ventrículo- y actúan de modo similar a los monocamerales, por este motivo su tasa de implantación es la menor. Por último están los desfibriladores tricamerales o resinconizadores (tasa del 30%), que están específicamente diseñados para pacientes que, además de sufrir arritmias ventriculares, presentan insuficiencia cardiaca y asincronía,  ya que resincronizan el corazón y mejoran la función cardiaca.

El registro evidencia que el 72,33% de las intervenciones que se han realizado durante el último año corresponden a primeros implantes y el 17,7% restante han sido recambios. En este sentido el Dr. Alzueta señala que, “con respecto al año pasado, se ha aumentado ligeramente el número de primeros implantes y en cambio, ha disminuido el número de recambios, que en el 86% de los casos se hacen por el agotamiento de la batería”.

Según los datos del estudio, el 83,4% de los DAI se han implantado en varones, hecho que se explica cuando tenemos en cuenta que la prevalencia de las enfermedades cardiovasculares en varones es más alta, y que esta se manifiesta más tardíamente y de manera más confusa en las mujeres. Otro dato que revela el registro es que la edad media del paciente es de 61 años y que en la mayoría de los casos, a los que se les tuvo que implantar este tipo de dispositivos, sufrían una cardiopatía isquémica, es decir, que ya tuvieron un infarto de miocardio antiguo.

En España cada año fallecen alrededor de 20.000 personas debido a la muerte súbita y en la mayor parte de las ocasiones esta muerte se hubiera podido evitar con una desfibrilación precoz e inmediata. Justamente por este motivo, desde la SEC se quiere recordar la necesidad y la importancia de realizar un estudio completo del corazón, sobre todo antes de realizar un ejercicio que requiera de alto esfuerzo, y que sea, por último, un cardiólogo el que verifique si existe o no algún tipo de taquiarritmia ventricular que pueda volver a repetirse o si se está en riesgo de padecerla.

“El DAI es la terapia más eficaz que existe para tratar estas taquiarritmias ventriculares y su seguridad es hoy en día muy alta. Podríamos considerarlo como el mejor seguro de vida que podría tener el paciente, ya que es como una unidad de resucitación cardiaca, que siempre va con él”, explica el Dr. Alzueta.

¿Qué es un DAI y para qué sirve?

El DAI es un pequeño aparato metálico que se implanta subcutáneamente en la parte superior del pecho izquierdo, debajo del músculo pectoral o de la piel. Su función es la de disminuir los síntomas de la enfermedad del paciente y evitar posibles complicaciones, incluso la más grave de todas que es la muerte súbita, una parada cardiaca que sucede de forma instantánea, sin necesidad de que el paciente tenga previamente una enfermedad cardiaca diagnosticada.

Hoy en día un DAI reúne las funciones de un dispositivo antibradicardia (marcapasos) y antitaquicardia, incluyendo la de desfibrilador. La función de estimulación antibradicardia y antitaquicardia se lleva a cabo mediante la aplicación de pequeños pulsos de bajo voltaje que resultan indolorosos y generalmente inapreciables. Las funciones antitaquicardia incluyen la liberación de descargas de mayor voltaje, también denominadas “choques” que son  percibidas como un fuerte golpe y son dolorosas para el paciente.

El sistema DAI está compuesto por tres partes: el generador de impulsos, que es el núcleo del sistema (compuesto por un conector, circuitos integrados, memoria RAM, ROM y EPROM –como la de los ordenadores- una batería y unos condensadores que ocupan gran parte del espacio del DAI) que analiza y almacena la información sobre la actividad diaria cardíaca; los electrodos, que son cables conductores que permiten transmitir la energía que se genera en la batería hasta el mismo corazón y actúan como antena receptora de señales cardiacas que serán posteriormente analizadas y, en algunos casos, almacenadas por el generador de impulsos; y el programador, un ordenador que permanece en la consulta del cardiólogo y que le sirve para comunicarse con el generador de impulsos mediante señales de radiofrecuencia. Además, el programador también sirve para programar (transmitir instrucciones) distintos parámetros del DAI: tipo de arritmias a detectar, cómo las debe tratar, a qué energía, etc.

El cardiólogo recomienda la implantación de un DAI  a diferentes grupos de riesgo, por ejemplo a los pacientes que han sufrido una parada cardiaca o algunas otras arritmias ventriculares malignas. También es aconsejable en algunos pacientes que hayan tenido uno o más síncopes.

Además, se puede indicar de forma preventiva en pacientes con riesgo de padecer estas arritmias y en los que el DAI ha demostrado ser eficaz en la prevención de la muerte súbita. En cualquier caso, las indicaciones se revisan periódicamente por especialistas a nivel mundial, adaptándose en España por la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

Para conocer más información acerca de su funcionamiento consultar el Manual del paciente “Vivir con un DAI”, elaborado por la SEC.

 

Fuente: apple tree communications

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